El avance permitirá acelerar el estudio de patologías como la esclerosis lateral amiotrófica y la demencia frontotemporal. El proyecto científico es liderado por un investigador argentino, el doctor Francisco Baralle, jefe del Laboratorio de Biología del ARN en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología, en Trieste, Italia.
(19/10/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Un modelo de investigación puede acelerar la comprensión de los mecanismos biológicos que desencadenan enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la demencia frontotemporal y, eventualmente, conducir a tratamientos innovadores, según anunció un reconocido investigador argentino radicado en Italia.
En ambas patologías se forman agregados de la proteína TDP-43 que van provocando daños en las neuronas. En el caso de ELA, la enfermedad que ha afectado, por ejemplo, a Roberto Fontanarrosa y Stephen Hawking, se deterioran las motoneuronas que proyectan su terminación a los músculos, provocando una parálisis gradual.
Ahora, científicos liderados por el doctor Francisco Baralle, jefe del Laboratorio de Biología del ARN en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB), en Trieste, Italia, crearon un modelo de mosca de la fruta (Drosophila) que recrea procesos biológicos de enfermedades neurodegenerativas caracterizadas por la acumulación de TDP-43. “Además, logramos revertir los síntomas mediante el empleo de técnicas genéticas y farmacológicas”, afirmó Baralle a la Agencia CyTA-Leloir.
La mosca Drosophila es útil en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas ya que su cerebro contiene entre 150 mil y 200 mil neuronas de características similares a las humanas. Por otra parte, su ciclo de vida es más corto y la manipulación de sus genes resulta más fácil, rápida y económica.
Mediante el uso de técnicas genéticas, Baralle y sus colegas lograron inducir la producción de un agregado de proteínas llamado EGFP 12xQ/N que se vuelve tóxico para las neuronas cuando captura la proteína TDP-43. “Esto sucede en los pacientes que padecen ELA”, indicó Baralle, quien se desempeñó como investigador en la Fundación Campomar (hoy Instituto Leloir) entre 1968 y 1974 y ganó el Konex de Platino 1993 en genética y citología.
De acuerdo a Baralle, la proteína agregada, TDP-43, constituye un blanco terapéutico de potenciales fármacos que podrían ser diseñados a medida que se vayan desentrañando otros mecanismos biológicos que desencadenan su acumulación en las neuronas. “De todos modos, hay que recorrer un largo camino para llegar algún día a la realización de estudios clínicos para comprobar la eficacia y seguridad de estos tratamientos experimentales”, señaló el ex director del ICGEB.
El avance se describe en las revistas científicas “Human Molecular Genetics” y “Neurobiology of Disease” y se apoya en estudios previos que amplían el estudio de la proteína TDP-43. Otro trabajo de Baralle y colegas, publicado en la revista “Neurobiology of Disease”, demuestra que un grupo de moscas Drosophila con problemas de locomoción (a raíz de los agregados de TDP-43) se recuperaron en forma significativa al estimular la producción de una proteína, llamada TBPH, que promueve la unión de neuronas a los músculos.
Los primeros 12 trabajos científicos centrados en la proteína TDP-43, publicados entre 2000 y 2006, pertenecen a Baralle y su grupo. Cuando la evidencia demostró que el rol de esa molécula es clave en enfermedades neurodegenerativas, desde entonces los estudios se multiplicaron en laboratorios de investigación de todo el mundo: solamente el año pasado, se publicaron en revistas internacionales más de 300 papers que examinan su participación en estas patologías.
Baralle presentó sus avances en Buenos Aires durante el reciente Congreso Internacional “Mecanismos Moleculares Involucrados en la Degeneración y Regeneración Tisular”, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el ICGEB-Italia con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.
El doctor Francisco Baralle, jefe del Laboratorio de Biología del ARN en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB), en Trieste, Italia.