Así lo determina un estudio de especialistas del Hospital Dr. César Milstein, asociado a la UBA, quienes enfatizaron la restablecer la circulación de sangre al cerebro antes de que pasen cuatro horas.
(30/10/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Los adultos mayores conocen poco los factores de riesgo o causas de los accidentes cerebrovasculares o ACV, así como sus manifestaciones clínicas, lo que impide que tomen decisiones apropiadas para salvaguardar su salud.
Así lo reveló un estudio del Hospital Dr. César Milstein, ex Hospital Francés, basado en entrevistas a 367 pacientes de 60 a 92 años. Sólo un tercio de los entrevistados consideró en llamar a la ambulancia ante la aparición de dificultades para hablar, cefalea intensa, ceguera repentina u otros síntomas potencialmente derivados de un ACV.
“Nuestro estudio se centró en las arterias que nutren al cerebro”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el líder del trabajo, el doctor Diego Caruso, especialista en medicina interna y coordinador del comité científico de la institución afiliada a la UBA. “Quedarse ciego de un ojo repentinamente por unos minutos es el síntoma que los pacientes consideran menos urgente. Sin embargo, es un signo inequívoco de que una arteria de la retina se tapó en ese breve período”.
Así como se habla del nivel de colesterol, de la mamografía o de la diabetes, hay que concientizar a los pacientes de la importancia de llamar a la ambulancia si tienen problemas repentinos para hablar “o se les parte la cabeza de dolor”, afirmó el también médico de planta del Servicio de Clínica Médica en el Área de Geriatría Ambulatoria del Hospital Italiano.
De acuerdo con el especialista, otros síntomas que deberían llevar a un paciente o a una persona de su entorno a buscar asistencia urgente son dolor de cabeza súbito, parálisis facial y trastornos en el habla, el equilibrio, o la movilidad de un miembro. Desde el comienzo de los síntomas solo hay cuatro horas para usar la medicación que restablezca la circulación de sangre al cerebro”, subrayó Caruso.
Aproximadamente un 80 por ciento de los accidentes cerebrovasculares ocurren por la oclusión de una arteria que impide la llegada de sangre al cerebro. “Hay medicamentos que disuelven el coágulo y evitan que las neuronas mueran. Gracias a eso no quedan secuelas como la parálisis de una mitad del cuerpo o la pérdida de la capacidad de hablar o entender”, explicó el especialista.
En la actualidad, Caruso y un equipo de colegas trabajan en un estudio que apunta a evaluar el efecto de diferentes estrategias educativas que favorezcan la detección precoz de los síntomas, tales como folletos y charlas individuales y grupales. “Pensamos que a fin del próximo año vamos a tener los resultados”, concluyó.
El estudio realizado en Argentina indica que sólo un tercio de las personas reconoce los síntomas de accidentes cerebrovasculares.
El líder del estudio, el doctor Diego Caruso, especialista en medicina interna y coordinador del comité científico del Hospital Dr. César Milstein, asociado a la UBA.