En lugar de salir a buscar el auxilio de familiares y amigos cuando hay una necesidad específica, el Ministerio de Salud de la Nación y asociaciones civiles impulsan que haya dadores voluntarios para mejorar la seguridad y disponibilidad del vital insumo.
(06/11/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que los países alcancen el 100 por ciento de donantes voluntarios de sangre. Esto es, que haya una proporción suficiente de la población que done regularmente sin necesidad de responder a la demanda puntual de un amigo o familiar.
El sistema de donación de sangre por reposición, en el que donan seres queridos y conocidos de los enfermos, supone una enorme dificultad para la gran mayoría de las personas por falta de conocimiento del tema, la lejanía de sus lugares de origen y la presión por la urgencia, afirmó Silvia Arreghini, fundadora y presidente de la Asociación Civil Dale Vida, integrante de la Federación Argentina para la Donación Voluntaria de Sangre (FADVS).
“Además hace que donen personas no informadas, temerosas y que en ocasiones ocultan información vital para saber si su sangre es o no segura”, agregó Arreghini, quien también integra el Comité de Promoción de la Donación Voluntaria de Sangre de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología (AAHI).
Desde que, en 2002, el Ministerio de Salud de la Argentina puso en marcha el Plan Nacional de Sangre (PNS), la situación ha mejorado, aunque todavía queda un largo camino para recorrer. Según indicó la doctora Mabel Maschio, coordinadora del PNS, la donación voluntaria pasó de menos del 3% a un 30-35% del total, con jurisdicciones que han superado el 80% como Jujuy e instituciones como el Hospital Garrahan que mantiene el 100% desde 2011.
Maschio aseguró que la baja proporción de voluntarios impacta en la seguridad y economía. “Instituciones con donantes repetidos tienen entre 5 y 10 veces menos infecciones transmisibles en donantes, con el consiguiente menor riesgo”, subrayó. “Por otra parte, nuestro sistema actual de donación de sangre descarta alrededor de 50.000 unidades de sangre al año por infecciones, lo que equivale a 50 millones de pesos”.
De acuerdo a la médica especialista en hemoterapia, la limitación más importante es la falta de infraestructura y amplitud de días y horarios que permita a los centros médicos convocar y cuidar al donante altruista voluntario, haciendo que se transforme en un donante repetido y responsable. Además, “las personas no quieren donar para el sistema, por temor a no poder donar si se lo pide un familiar o amigo”, añadió.
Para Arreghini, también es muy importante educar desde el jardín a la población para disipar mitos sobre los riesgos de la donación de sangre. “Es algo sencillo e indoloro. Está todo medicamente controlado y no trae ningún inconveniente al organismo. La persona se repone pronto e incluso a las 4 semanas está en posibilidad de volver a donar”, resaltó. “Los donantes gozarán de la alegría que se siente sabiendo la inmensa ayuda que le brinda a quien recibe su sangre porque puede mejorar su salud y hasta salvar su vida con ella. Es un sistema reciproco que nos beneficia a todos”.