Mónica Araya, especialista costarricense en desarrollo limpio y sostenibilidad, asegura que frente al calentamiento global se necesita “planificación en todos los rubros económicos”.
(02/11/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La semana pasada falleció Osvaldo Canziani, el prestigioso meteorólogo argentino que integró el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), organismo que depende de Naciones Unidas y recibió el Nobel de la Paz en 2007. A modo de homenaje, y para hacer un balance de los progresos y desafíos frente a la “urgencia y gravedad” del cambio climático sobre el que tanto alertaba Canziani, la Agencia CyTA-Leloir transcribe extractos de una reciente entrevista a la doctora Mónica Araya, colaboradora de programas ambientales de la ONU y fundadora y directora ejecutiva de Nivela, un centro de gestión en desarrollo y sostenibilidad de Costa Rica.
“Con el cambio climático hay que cambiar y esto requiere planificación del crecimiento de la industria turística, así como también del resto de los rubros económicos”, sostuvo Araya, quien también lidera Costa Rica Limpia, el primer observatorio ciudadano de ese país centrado en desarrollo limpio y calidad de vida, y una de los principales especialistas invitados a la 5ta. Conferencia Internacional de Turismo Sostenible “Planeta, Personas, Paz – P3” con sede en San José, Costa Rica.
¿Cómo percibe la voluntad política con respecto al cambio climático a nivel mundial?
Es posible reconocer tres dinámicas fascinantes y sin precedentes que marcan un nuevo ritmo político frente al desafío climático. Por un lado, la cooperación climática entre China y Estados Unidos era impensable hace cinco años. Hoy admiten que el cambio climático es real y enumeran las acciones que tomarán. En segundo lugar, la fuerza devastadora de eventos hidrometeorológicos extremos, como las sequías de California y San Paulo, resultaron ser tan tangibles para ciudadanos, empresas y políticos que crearon un espacio para asumir más responsabilidad ante la advertencia de impactos climáticos. Por último, con el nuevo acuerdo climático que se firmará en la Cumbre del Clima en París (COP21) que comienza el próximo mes, además de los países industrializados, las naciones más pequeñas presentarán sus propios planes para reducir emisiones. ¡Hasta el Papa ha entrado en el debate!
¿Se hace lo suficiente?
No, pero cada vez se está haciendo más, no menos. Es importante capturar estas dinámicas y superar el derrotismo.
¿Qué enfoque considera estratégico para enfrentar el desafío climático?
Se trata de pensar cómo trabajar más entre actores y sectores, más que esperar una solución mesiánica – que no existe – de un ministerio de ambiente o un plan climático. Se requiere de una estrategia política (¿qué hacer con la resistencia al cambio?), de instrumentos económicos (¿cómo se financia el cambio?), de empresarios que se involucren y de la participación de la ciudadanía. La solución al cambio climático no puede recaer exclusivamente en el gobierno y congreso de turno porque sus ciclos son muy breves. Por eso es positivo ver, por ejemplo, que aparezcan inversionistas en energía renovable, familias con techos solares y una nueva generación de expertos en agricultura más inteligente.
¿Es posible crear economías y estilos de vida con baja dependencia de los combustibles fósiles?
No hay una solución mágica, pero es el principal objetivo en la región. En América Latina se ganará o perderá la batalla en las ciudades porque somos la región más urbanizada del planeta: ocho de cada diez latinoamericanos vivimos en ciudades. Para dejar atrás, por ejemplo, la dependencia de la energía sucia en el transporte, tendremos que repensar el modelo de ciudad. Lo bueno es que este replanteamiento ganará apoyo ciudadano si se enfoca en aumentar la calidad de vida. Su apoyo y participación es vital para acelerar el paso a las energías renovables.
La doctora Mónica Araya, fundadora y directora ejecutiva de Nivela, centro de gestión en desarrollo y sostenibilidad sustentabilidad y de Costa Rica Limpia, el primer observatorio ciudadano de ese país centrado en desarrollo limpio y calidad de vida.