Mediante ingeniería de tejido, científicos alemanes lograron reprogramar células cutáneas para formar tejido cardíaco. Podría servir para probar medicamentos o incluso recuperar la función de órganos dañados, aunque por ahora los estudios se realizan en animales de laboratorio.
(02/12/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La ingeniería de tejido cardiaco tridimensional (3D) ha experimentado avances muy emocionantes en la última década. Y sino que lo diga el doctor Thomas Eschenhagen, del Hospital Universitario Hamburg-Eppendorf, afiliado a la Universidad de Hamburgo (Alemania): durante una reciente visita a Buenos Aires, el científico contó que él y su grupo lograron crear, a partir de células de la piel, músculos tridimensionales del corazón que laten de forma constante, lo cual podría beneficiar, en el futuro, a millones de pacientes con insuficiencia cardíaca u otras patologías asociadas.
“Los resultados son muy excitantes, aunque todavía las células del músculo del corazón no maduran del todo. Estamos estudiando los mecanismos biológicos subyacentes y el desarrollo de diferentes protocolos y técnicas para lograr ese objetivo”, señaló Eschenhagen, quien encabeza el Departamento de Farmacología Experimental y Toxicología de la institución y también preside el consejo de directores del Centro Alemán para la Investigación Cardiovascular (DZHK).
Parte del trabajo de Eschenhagen se basa en los descubrimientos del Nobel de Medicina 2012 Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kyoto, quien junto a su equipo introdujo cuatro genes para lograr una verdadera “alquimia biológica”: convertir células de la piel en células madre (llamadas iPS o “pluripotentes inducidas”) y, luego, diferenciarlas a neuronas, células cardíacas y hepáticas.
Según Eschenhagen, los corazones 3D creados en laboratorios imitan el corazón humano y pueden ser útiles para avanzar en la comprensión de las enfermedades cardiovasculares y también probar la seguridad o eficacia de diferentes medicamentos, ya sean aprobados o en fase experimental.
Pero también puede haber aplicaciones más directas. En estudios recientes, Eschenhagen y su equipo desarrollaron, a partir de células madres, parches musculares cardíacos que luego trasplantaron en corazones de cobayos con un tercio de su superficie dañada.
“Los resultados son muy alentadores. La función de sus corazones mejoró y aumentó en un 60 por ciento”, se entusiasmó el científico alemán. “En el futuro, nos gustaría probar esta terapia en cerdos cuyos corazones tienen un tamaño similar al humano. Y si tenemos éxito, quisiéramos realizar ensayos clínicos bajo la supervisión de las autoridades sanitarias de Alemania”, añadió.
Eschenhagen presentó sus avances en el Instituto Leloir, en Buenos Aires, durante el reciente Congreso Internacional “Mecanismos Moleculares Involucrados en la Degeneración y Regeneración Tisular”, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el ICGEB-Italia con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.
El doctor Thomas Eschenhagen, director del Departamento de Farmacología Experimental y Toxicología del Hospital Universitario Hamburg-Eppendorf, afiliado a la Universidad de Hamburgo (Alemania), y presidente del consejo de directores del Centro Alemán para la Investigación Cardiovascular (DZHK).