Especialistas confían en que la cumbre del clima en París (COP21) envíe una “señal fuerte” en ese sentido. Las empresas de energía deberían dejar de emitir 156 mil millones de toneladas de CO2 hasta el 2035 para que la temperatura global durante este siglo no suba más de 2 grados respecto de la era preindustrial.
(09/12/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Mientras en Argentina la conflictiva transición del poder domina la agenda pública, en la cumbre del clima en París (COP21) se buscan dar señales fuertes que posibiliten una transición de una economía global basada en combustibles fósiles a otra baja en carbono.
Esa transición “ya está en marcha”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir James Leaton, director de investigación en “The Carbon Tracker Initiative” (un proyecto con base en Londres que trabaja para adaptar los mercados de capital a los objetivos del cambio climático). “Pero mientras más rápido ocurra este proceso, mejor será para el clima. Es crucial que los gobiernos den a la industria el entorno adecuado para invertir en consecuencia, incluyendo un fuerte acuerdo en París”, añadió.
Leaton enumeró algunos factores positivos que están propiciando esa transformación, como la rápida caída de los costos de las energías renovables (en particular la solar) y los avances tecnológicos en áreas tales como el almacenamiento de energía.
Sin embargo, también se necesita la adopción de compromisos concretos. De acuerdo con un estudio de The Carbon Tracker Initiative, las empresas de energía (basadas en los combustibles fósiles, gas y carbón) deben evitar la emisión de 156 mil millones de toneladas de CO2 hasta el 2035 para asegurar que el calentamiento global en este siglo no exceda los 2 grados Celsius por sobre la temperatura que existía antes de la industrialización.
A nivel global, el sector de la energía contribuye con la mitad del crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, señaló desde París Enrique Maurtua Konstantinidis, coordinador del Proyecto Agendas Climáticas Nacionales de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), con sede en Buenos Aires.
“Si se logran objetivos ambiciosos en la cumbre, tendremos más chances de poder enfrentar los impactos (del calentamiento global)”, dijo Maurtua Konstantinidis.
La meta del máximo de 2 grados Celsius, propuesto por la Agencia Internacional de la Energía, está siendo discutida por los delegados de 195 estados que participan del encuentro, aunque hay países que impulsan un límite más seguro de 1,5 grados. La COP21 termina el próximo viernes 11.
Las empresas de energía deberían dejar de emitir 156 mil millones de toneladas de CO2 hasta el 2035 para que la temperatura global durante este siglo no suba más de 2 grados respecto de la era preindustrial.