Los científicos y divulgadores José Edelstein, Miguel Hoyuelos y Alberto Rojo cautivaron al público en Bariloche durante los festejos por el aniversario de la institución.
(23/12/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Richard Feynman, a quien algunos colegas consideraban un mago de alto calibre, ganó un Nobel por haber reformulado la física cuántica utilizando uno de los aspectos más desconcertantes del mundo microscópico: la imposibilidad de definir trayectorias. Y Paul Dirac, seguramente el segundo físico teórico del siglo XX detrás de Einstein, llegó a la conclusión de que debía existir la antimateria por argumentos estéticos análogos a los que utilizaría un poeta para escribir un soneto.
Estas son algunas de las figuras y anécdotas que recuperó el doctor José Edelstein, recibido en el Instituto Balseiro y profesor de física teórica de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), en España, en el marco de unas charlas de divulgación científica organizadas para celebrar los 60 años de la institución de Bariloche, cuna de físicos e ingenieros valorados en el país y en el mundo. Durante el evento, otros ex graduados también evocaron historias “a menudo trágicas” de los grandes filósofos griegos que renovaron las ideas y examinaron por qué se cree en la homeopatía pese a la falta de evidencias científicas.
Edelstein, quien estudió en el Balseiro entre 1988 y 1991, recordó una frase de otro ex alumno: “el momento en el que más física supe fue el día que me recibí en Bariloche. El resto de la vida fue un intento de dosificar el olvido”. En su charla, el coautor del libro de divulgación “Antimateria, magia y poesía” (escrito junto al físico chileno Andrés Gomberoff) se propuso “rescatar ideas e historias fascinantes de la física y convertirlas en relatos literarios”, según dijo a la Agencia CyTA-Leloir.
Otro de los expositores, el doctor en física y escritor Miguel Hoyuelos, abordó algunas historias o leyendas de los filósofos y científicos que, mediante el pensamiento crítico, “generaron una renovación de ideas a un ritmo sin precedentes”. Conocer a los protagonistas de la historia de la ciencia “sirve para valorar mejor el conocimiento que tanto tiempo y esfuerzos costaron”, añadió Hoyuelos, especialista en mecánica estadística en el Instituto de Investigaciones Físicas de Mar del Plata, dependiente de la Universidad Nacional de Mar del Plata y del CONICET. Además de libros de divulgación, como “Ciencia y tragedia. Los griegos y sus herederos” (2013), Hoyuelos publicó el año pasado su primera novela de ciencia-ficción,“Siccus”.
El tercero de los disertantes fue Alberto Rojo, especialista en física de la materia condensada, guitarrista y compositor, quien intentó explicar por qué tanta gente cree en la homeopatía pese a que desafía los principios de la física. “No creo en la homeopatía, porque resulta de una pobre comprensión del azar”, dijo Rojo, quien es profesor de la Universidad de Oakland, en Estados Unidos. Por otra parte, los medicamentos que postula esa corriente son básicamente agua con azúcar, por lo cual su efecto terapéutico es nulo, agregó.
¿Por qué, entonces, algunos tratamientos homeopáticos parecen funcionar? “Por el efecto placebo”, respondió Rojo. “Los médicos homeópatas tienen entrevistas largas con el paciente, lo escuchan y lo tratan bien. Y eso ayuda al proceso de curación”. El físico, autor de los libros de divulgación “Borges y la física cuántica. Un científico en la Biblioteca Infinita” (2013) y “El azar en la vida cotidiana” (2012), reconoció que existe cierta desilusión con la medicina de base científica por algunos efectos colaterales, la pobre relación médico-paciente o la excesiva mercantilización. “Pero, claro, la homeopatía también es un gran negocio”, agregó.
“La calidad y diversidad de las charlas durante la reunión, el compromiso de todos los que estuvieron y de los que no pudieron estar y el sentimiento general de camaradería son una muestra de lo que nos legó el Instituto Balseiro”, destacó la doctora Karen Hallberg, jefa del grupo de Teoría de la Materia Condensada en la institución.
Dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo, el Instituto Balseiro dicta las carreras de Física, Ingeniería Nuclear, Física Médica, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. Desde 1958 hasta la fecha tuvo más de 2050 egresados.
Público general y más de 300 ex alumnos inscriptos e investigadores egresados del Instituto Balseiro participaron en la celebración de los 60 años de historia de esa prestigiosa institución.