Científicos del CONICET y de la UNSAM confirmaron el papel de esa molécula en la comunicación entre células nerviosas. El hallazgo podría servir en el futuro para el diagnóstico precoz o la identificación de personas predispuestas a distintas patologías psiquiátricas y neurológicas.
(19/12/2016 – Agencia CyTA-Leloir)-. Un grupo de científicos argentinos reunió evidencia que confirma el papel clave de una molécula, M6a, en la formación de sinapsis activas o uniones que promueven la comunicación química entre neuronas.
Utilizando cultivos de neuronas del hipocampo de ratas, los científicos encontraron la “primera evidencia experimental del rol directo de M6a en la plasticidad neuronal estructural”, dijo la doctora Camila Scorticati, investigadora del CONICET y profesora de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
M6a es una glicoproteína o proteína unida a azúcares. El hallazgo podría tener implicancia clínica en el diagnóstico o incluso la implementación de eventuales tratamientos. Tal como describe la revista “Molecular and Cellular Neurosciences”, Scorticati y sus colegas también identificaron que dos variaciones genéticas del gen M6a en humanos, que se traducían en el cambio de apenas un solo aminoácido, inhibían la formación de sinapsis.
Ese tipo de variantes génicas o SNPs (por el acrónimo en inglés de “poliformismo de nucleótido único”) tiene gran interés en la investigación biomédica actual. Trabajos recientes encontraron asociaciones entre alteraciones del gen de M6a humano y la depresión bipolar, la esquizofrenia, la claustrofobia, los desórdenes en la personalidad y fallas en el aprendizaje.
“Creemos necesario que el estudio de la estructura y función de M6a debe dirigirse a las variantes poblacionales ya establecidas. Esto nos proveerá de un mayor conocimiento sobre la función de esa proteína e indirectamente sobre la susceptibilidad o la resistencia individual a padecer una enfermedad”, puntualizó Scorticati, para quien la identificación de estos marcadores moleculares puede servir para realizar el diagnóstico precoz o bien determinar el riesgo de enfermedades neuropsiquiátricas.
Del trabajo también participaron los doctores Alberto Frasch, Karina Formoso y la licenciada Micaela García, investigadores de los institutos de Investigaciones Biotecnológicas y Tecnológico de Chascomús (IIB -INTECH), que dependen de la UNSAM y del CONICET.