El Norovirus GII.17 fue aislado en una niña de San Martín de los Andes, pero los investigadores del Malbrán aseguran que se trata de un caso aislado. Esa cepa produjo numerosos brotes de gastroenteritis en el invierno asiático de 2014-2015.
(01/02/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Gracias a un riguroso estudio científico, se pudo detectar la presencia en Argentina de un genotipo inusual de Norovirus, la causa viral más importante de gastroenteritis en humanos de todas las edades. Se trata de la misma variante genética, GII.17, que produjo numerosos brotes de náuseas, vómitos y diarrea en Asia durante el invierno 2014-2015.
El hallazgo, realizado sobre la materia fecal de una nena de San Martín de los Andes que se enfermó en esa misma época, acaba de ser publicado en la edición impresa de la revista Infection, Genetics and Evolution. “Es el primer reporte de esta variante en la Argentina y en América del Sur”, destacó el primer autor del estudio, el doctor Juan Ignacio Degiuseppe, del Laboratorio de Gastroenteritis Virales del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) – ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, en Buenos Aires.
De todos modos, el doctor Degiuseppe aclaró que esta cepa no mostró en nuestro país el comportamiento epidémico descripto en otras regiones del mundo. Y agregó que si bien el origen de esta variante tiene lugar en el continente asiático, la dinámica de circulación de Norovirus es tan efectiva que ha permitido su diseminación prácticamente en todo el mundo. La presencia de la cepa GII.17 también se ha reportado recientemente en numerosos países, incluyendo Estados Unidos, Australia, Francia, Italia, Holanda, Nueva Zelanda y Rusia.
Para confirmar su presencia en el país, los investigadores realizaron análisis filogenéticos, es decir, estudios de identidad genética con diversas cepas de Norovirus registradas en bases de datos globales.
De acuerdo a Degiuseppe, el estudio de la diversidad genética de Norovirus resulta de interés porque ciertos genotipos están asociados a diferentes vías de transmisión. Por ejemplo, el GII.4 (el más común) está más asociado a la transmisión persona a persona, mientras que otros se vinculan con el consumo de agua y alimentos contaminados.
“La vigilancia de este virus es importante porque el conocimiento de la carga de enfermedad y diversidad genética permite implementar programas de prevención y control”, indicó.
Del estudio también participaron los doctores Karina Gomes y Juan Stupka, de ANLIS; la doctora Fernanda Hadad, de la Zona Sanitaria IV (Neuquén); y el doctor Gabriel Parra, de la División de Productos Virales de la FDA, de los Estados Unidos.