Se trata de una cepa de Pseudomonas aeruginosa que usa los aceites lubricantes como fuente de energía. El hallazgo podría favorecer tecnologías de limpieza y, también, entender la resistencia de microorganismos patógenos.
(06/03/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Por primera vez, investigadoras de Córdoba descifraron el genoma completo de una bacteria que crece sobre suelos contaminados con aceite lubricante usado, como los de talleres mecánicos y lubricentros.
Se trata de una cepa de Pseudomonas aeruginosa que los científicos aislaron de un taller mecánico de Córdoba y bautizaron HeX1T. La bacteria tiene la particularidad de usar como fuente de energía los lubricantes que, además del hidrocarburo hexadecano, contienen concentraciones elevadas de metales pesados, los que proceden principalmente del desgaste del motor o el contacto con maquinarias y combustibles.
El hallazgo abre caminos para el desarrollo de métodos de limpieza de sitios contaminados con metales, indicó a la Agencia CyTA-Leloir la doctora Andrea Smania, investigadora del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (Ciquibic), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Aunque no se puede usar el microorganismo de manera directa, la secuencia del ADN puede aportar información muy útil sobre mecanismos de biodegradación y de resistencia a tóxicos.
Pero el estudio también podría tener otra implicancia en salud humana, dado que “los pacientes con fibrosis quística sufren serias infecciones pulmonares provocadas por el grupo de bacterias Pseudomonas aeruginosa a la que pertenece el patógeno analizado”, dijo Smania. También es un patógeno oportunista de infecciones hospitalarias severas.
“El estudio de la capacidad de esta bacteria para adaptarse a condiciones adversas abre caminos para entender la resistencia que oponen a antibióticos e incrementar, en el futuro, la eficacia de la terapia antimicrobiana”, señaló Smania.
El trabajo, publicado en la revista “Genome Announcements”, abre otros interrogantes. “¿Hay elementos o recursos genéticos que habiendo servido a la adaptación a un ambiente natural le confieran ventajas adaptativas en el proceso infeccioso?”, se planteó la investigadora. “¿O algunos de los mecanismos de resistencia a metales pesados podrían constituir la base de la resistencia antibiótica de las cepas?”.
La secuenciación del genoma de la cepa Hex1T se logró a través de la plataforma de genómica que brinda el INDEAR, en Rosario. Y también participaron las doctoras Adela María Luján y Sofía Feliziani, también de la UNC y del CONICET.