Si bien se necesitan estudios a más escala para confirmarlo, investigadores de la UBA hallaron indicios de que la ingestión de gluten en esos pacientes predispone a la aterosclerosis.
(14/07/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Quienes padecen la enfermedad celíaca, una patología crónica desencadenada por la ingesta de gluten, suelen presentar alteraciones en el aparato digestivo que provocan una variedad de manifestaciones clínicas tales como acidez estomacal, diarrea, náusea o vómitos, fatiga y erupción cutánea. Ahora, un estudio de investigadores de la UBA sugiere que el riesgo cardiovascular podría sumarse a la lista entre quienes no siguen una dieta libre de trigo, avena, cebada y centeno (TACC).
“Es importante seguir a estos pacientes y promover la identificación de factores de riesgo modificables y la instauración de hábitos saludables”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir la directora del estudio, la doctora Laura Boero, especialista en Bioquímica Clínica y Endocrinología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA.
Tal como revela la revista “World Journal of Cardiology”, los investigadores argentinos estudiaron 20 pacientes adultos con diagnóstico reciente de enfermedad celíaca sin tratamiento y 20 participantes sin la enfermedad que actuaron como control. El promedio de edad fue cercano a los 50 años y el índice de masa corporal, similar en ambos grupos. A todos les tomaron muestras de sangre para el análisis.
Los resultados fueron inquietantes. Con relación a los controles sanos, los pacientes celiacos presentaron una relación entre dos proteínas (apolipoproteína B y AI) que indica mayor riesgo cardiovascular. En cambio, tuvieron niveles más bajos de colesterol de apolipoproteína A1 y colesterol HDL (o “bueno”), que se consideran protectores frente a la enfermedad ateroesclerótica. Asimismo, mostraron un incremento de las concentraciones de un marcador de inflamación, la proteína C reactiva ultrasensible (PCRus), que sugiere una mayor propensión a infartos o ataques cerebrales.
“La relevancia clínica del trabajo radica en que pacientes con enfermedad celíaca que presenten factores de riesgo de enfermedad cardiovascular evaluados al diagnóstico, y que no logran normalizarlos luego de una estricta dieta libre de gluten, entrarían en otros esquemas de tratamientos más específicos”, puntualizó Boero. Y agregó que, como en todo estudio de investigación, “siempre es bueno ampliar la muestra” para verificar que los resultados observados no sean producto del azar.
Del trabajo también participaron Walter Tetzlaff, Tomás Meroño, Martin Menafra, Maximiliano Martin, Eliana Botta, María Matoso, Patricia Sorroche, Juan De Paula y Fernando Brites, investigadores de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, del CONICET y del Hospital Italiano de Buenos Aires.