Se trata de una especie hasta ahora desconocida que podría matar a los pichones de la característica ave patagónica. El hallazgo fue realizado por investigadores del CONICET de Puerto Madryn.
(18/12/2017 Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Una nueva especie de un parásito que pone en riesgo la salud del ñandú petiso o choique (Rhea pennata) fue identificado por científicos del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR), en Puerto Madryn, Chubut. El hallazgo podría servir para mejorar la preservación de la emblemática especie patagónica.
El organismo, un gusano cilíndrico del género Procyrnea, fue aislado del estómago de un ejemplar encontrado muerto en Península Valdés. “Nuestro estudio aporta de manera significativa a la protección del ñandú petiso, ya que ahora sabemos que esta ave puede verse parasitada por una especie que potencialmente las puede enfermar o incluso matar a los pichones”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir la autora principal del trabajo, la bióloga Estefanía Bagnato, becaria doctoral cofinanciada entre el CONICET y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Gobierno del Chubut en el Laboratorio de Parasitología del IBIOMAR, que lidera la doctora Florencia Cremonte y funciona en el ámbito del Centro Nacional Patagónico (CENPAT).
Para determinar la identidad del gusano o nematode, los científicos de Puerto Madryn observaron al organismo a través de microscopia óptica y electrónic de barrido, lo dibujaron, tomaron sus medidas y lo compararon con las 60 especies de Procyrnea ya descriptas en la literatura. Al no encontrar ninguna que coincidiera en sus características, consideraron que se trataba de una especie nueva.
Si bien los investigadores no estudiaron aún el daño que produce el nuevo parásito, se conoce que otras especies de la misma familia (Habronematidae) pueden causar la mortalidad en pichones, sobre todo cuando están en cautiverio. “Este tipo de patologías resultan en pérdidas económicas en las poblaciones rurales de estas aves”, destacó Bagnato.
El siguiente paso sería realizar mayor cantidad de estudios para implementar medidas de manejo en el campo o en criaderos. “Resultaría clave conocer cuál es el insecto que le transmite el parásito al ñandú, y describir cuales son los posibles daños que causa a los animales parasitados”, afirmó Bagnato, quien resaltó que el trabajo no hubiera sido posible sin la colaboración de los guardafaunas.
El reporte fue publicado en el “Journal of Helminthology”. Y también participaron como autores María Celina Digiani, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, y Martín Frixione, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, en México.