Una comunidad de representantes del ámbito científico, la educación, organizaciones sociales, artistas y profesionales independientes de 30 países elaboró una hoja de ruta que tiene como objetivo la democratización de las tecnologías.
(14/02/2018 – Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. La democratización del conocimiento y sus modos de producción es uno de los objetivos del movimiento por un Hardware Científico Global Abierto (GOSH, según sus siglas en inglés) que reúne a representantes del ámbito científico, la educación, organizaciones sociales, artistas y profesionales independientes de 30 países.
El grupo GOSH lanzó una hora de ruta en la que describe las acciones necesarias para garantizar el acceso global a las herramientas necesarias para hacer ciencia, particularmente investigadores en países en desarrollo y comunidades que necesitan recabar y analizar datos de su propio ambiente. El documento es fruto de congresos realizados por ese movimiento en 2017 en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, Suiza, y en la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile con el apoyo de la Fundación Alfred P. Sloan.
Actualmente se trabaja con instrumentos patentados que son costosos de obtener y mantener. Estos equipos no pueden ser inspeccionados, evaluados o adaptados a las necesidades particulares de cada usuaria y usuario, limitando la producción de conocimiento y soluciones tecnológicas a problemas locales. “Esto afecta directamente a la investigación, educación y ciencia ciudadana en países con escasos recursos como los nuestros. El hardware abierto permite diseñar, fabricar, utilizar, estudiar, replicar, mejorar y redistribuir el instrumental científico sin restricciones, reduciendo además los costos de producción de conocimientos y desarrollo tecnológico”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor en Ciencias Biológicas Fernán Federici, miembro de GOSH, oriundo de Argentina y miembro del Instituto Milenio de Biología Integrativa de Sistemas y Sintética (IMBISS) de la Universidad Católica de Chile.
Algunos de los numerosos ejemplos de instrumentos científicos abiertos son el proyecto “White Rabbit”, un instrumental abierto desarrollado en CERN que tiene el difícil trabajo de asegurar una precisión de nanosegundos en la transferencia de datos para el “Gran Colisionador de Hadrones” (Large Hadron Collider, LHC), así como el microscopio OpenFlexure, que puede ser fabricado por cualquier laboratorio del mundo con impresión 3D y que utiliza una cámara de bajo costo o la microcomputadora educativa Raspberry Pi.
Estas herramientas también son construidas y utilizadas por personas sin afiliación al mundo académico o privado: “Rede Info Amazonia” es una red de comunidades brasileñas que construyen sus propios sensores para calidad del agua en su entorno cotidiano que envían alertas de contaminación mediante mensajes de texto, y los proyectos EnviroMap y UTBiome permiten mapear datos ambientales y microbiológicos junto a comunidades locales en Texas, Estados Unidos. Otro caso es el proyecto “Vuela” que construye drones de código abierto junto a comunidades locales de Chile y Argentina para ser utilizados en agricultura, ayuda en desastres y medio ambiente.
De acuerdo con la hoja de ruta algunas de las principales acciones para que en 2025 se concrete un acceso global al hardware científico son la creación de estructuras institucionales y de apoyo financiero, la preparación de guías para diseñadores de hardware, financiadores, usuarios y otros actores sobre aspectos clave del desarrollo de hardware científico abierto, así como también de sistemas de control de calidad y cumplimiento de normas, licencias, estándares de documentación y aspectos sociales y éticos del trabajo científico. Otras acciones propuestas son la generación de espacios de investigación colaborativa que se traduzcan en la formación de un grupo común de recursos educativos abiertos y el desarrollo de programas de tutoría y redes de apoyo para aumentar la diversidad en la comunidad del hardware científico abierto.
Para avanzar en los objetivos de la hoja de ruta, representantes de 30 países que integran GOSH realizarán este año un encuentro anual en Shenzhen, “la capital mundial del hardware”. “Así como el encuentro en CERN dio lugar al manifiesto y el de la PUC permitió crear la hoja de ruta, este tercer encuentro tiene como objetivo escalar el movimiento, desarrollar residencias de desarrollo tecnológico y dar inicios a las estrategias para hacer ubicuo el hardware abierto”, puntualizó Federici cuyos proyectos han recibido el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, Gordon and Betty Moore y otras instituciones.
Además de artistas, tecnólogos, militantes sociales y miembros de ONGs, GOSH está integrada por científicos de diversas instituciones como la UBA, la Universidad de Cambridge, la Universidad Austral de Chile y la Universidad Nacional de Cuyo.