Investigadores de la Universidad Nacional del Comahue, en Neuquén, afirman que los depósitos de residuos son nuevos “puntos de ensamble” de aves, roedores, felinos y otras especies.
(19/02/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La disposición de los residuos es un problema creciente para las ciudades. Cada día, en el mundo, se descartan 3.000.000 de toneladas de basura y se espera que esa cifra se duplique para 2025. Sin embargo, según un artículo científico elaborado por investigadores de la Universidad Nacional del Comahue (UNCOMA), los basurales a cielo abierto también representan una fuente de alimentos que influye en la distribución y en la relación entre diferentes especies de aves, mamíferos y reptiles.
“Es necesario considerar a los basurales como potenciales nuevos ecosistemas donde nuevos ensambles de especies se están produciendo”, afirmó el veterinario Pablo Plaza, egresado de la UBA, y doctorando en la UNCOMA. “Por eso, cuando se decide su cierre abrupto, hay que tener en cuenta todos los impactos que pueden tener en los animales que los usan y en el ecosistema”. Por ejemplo, en el basurero de Villa La Angostura, a 480 km de la capital de la provincia, hay una gran cantidad de gaviotas. Los científicos advierten que, en el caso de su clausura repentina, estas aves podrían buscar otras fuentes de alimentos y podrían depredar a otras especies, como el cormorán imperial.
El artículo, realizado en conjunto con el doctor Sergio Lambertucci, investigador del CONICET en el Laboratorio Ecotono del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente, de la UNCOMA, fue publicado en la revista “Global Ecology and Conservation”. Y representa una revisión de 159 artículos científicos en la literatura internacional sobre el impacto de los basurales en las distintas especies.
Por un lado, destaca el artículo, los basureros exponen a un riesgo mayor de infecciones e intoxicaciones a los animales que se alimentan de ellos. Por ejemplo, según estudia Plaza, el ave carroñera jote de cabeza negra (Coragyps atratus) podría adquirir bacterias patógenas en los depósitos de residuos y transmitirlas a otras especies como el cóndor andino. Estos sitios también albergan y favorecen la proliferación de ciertas especies invasoras, tanto de plantas como de mamíferos (ratas, felinos y otros). Además emanan olores y lixiviados que se pueden extender varios kilómetros.
Sin embargo, por otro lado, los investigadores rescatan un lado B de sus impactos: “Pueden mejorar la condición corporal, el desempeño reproductivo y la abundancia poblacional de las especies que los usan como fuente de alimento. Incluso, pueden ser un recurso valioso para sostener ciertas especies amenazadas”, afirmó Plaza. Y agregó: “Todas estas razones demandan una especial atención a la hora de generar políticas de manejo de basura, tanto en el cierre como apertura de basurales, teniendo en cuenta los potenciales impactos sobre el ecosistema.”