Los investigadores del CONICET y de la Universidad Nacional de Quilmes desarrollaron un dispositivo que es más preciso, más rápido y sencillo. El resultado podría aplicarse al diseño de auriculares que aporten experiencias inmersivas.
(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. El sonido que emite una persona hablando, el ruido de un colectivo o el “ringtone” de un celular nos permite estimar su ubicación y actuar en consecuencia. Ahora, científicos de Argentina demostraron la eficacia de un método para estudiar los factores que influyen en la capacidad de los seres humanos para percibir a qué distancia se encuentra una fuente sonora, lo que se conoce como “percepción auditiva de distancia” o PAD.
El método más utilizado en experimentos orientados a medir PAD es pedirle a la persona que indique la distancia de la fuente mediante un reporte verbal, por ejemplo, diciendo que la fuente se encuentra a 3 metros. Sin embargo, se ha demostrado que los reportes verbales son menos precisos que otro tipo de metodologías conocidas como métodos de acción directa, en los que el oyente indica la distancia percibida de la fuente mediante algún tipo de acción motora: por ejemplo, caminar hasta el lugar donde percibió la fuente. Sin embargo, aunque más precisos que los reportes verbales, este tipo de métodos suelen ser engorrosos y difíciles de realizar.
Ahora, científicos de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) demostraron que el “método de acción directa multimodal” (CMDL, por sus siglas en inglés) permite obtener la respuesta del oyente manteniendo la mayor precisión de los métodos de acción directa clásicos, pero de manera más sencilla y rápida.
En el muevo método, “los participantes deben mover, mediante un control remoto, un marcador visual (formado por dos LED verdes) a lo largo de una línea paralela a la línea que une al oyente y la fuente de sonido. De este modo, el oyente puede, moviendo la luz, informar la distancia percibida de la fuente”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir el director del estudio, el doctor Ramiro Vergara, integrante del Laboratorio de Acústica y Percepción Sonora (LAPSo) liderado por el doctor Manuel Eguía en la UNQ.
Según el doctor en Biología, otro aspecto interesante del CMDL es que involucra a más de un sentido, la visión y la audición, reforzando la idea de que ambos no son independientes. También se puede utilizar en la oscuridad.
Para comprobar la validez de la nueva herramienta, Vergara y sus colegas realizaron varios experimentos. En uno de ellos participaron 16 sujetos. La mitad utilizó reportes verbales como método de respuesta. La otra mitad, el CMDL. “Como vimos, la respuesta obtenida en este último grupo fue más precisa que la obtenida con reportes verbales”, destacó Vergara quien también es investigador del CONICET.
Otras ventajas del dispositivo CMDL es que permite la recopilación automática de datos experimentales con un mejor tamaño de muestras en un menor tiempo.
El método validado por los investigadores de la UNQ puede ayudar a comprender los mecanismos que subyacen la percepción de distancia en humanos. “Una aplicación tecnológica de estos resultados podría ser el diseño de entornos auditivos virtuales a través de auriculares”, explicó por su parte, el primer autor del estudio, Pablo Etchemendy quien se desempeña como becario posdoctoral del CONICET en la UNQ.
Por otra parte, para generar entornos virtuales reproducidos a través de auriculares es crucial que la fuente se perciba por afuera de la cabeza (un proceso que se conoce como externalización). “Comprender los procesos involucrados en la PAD es crucial para el desarrollo de entornos acústicos virtuales inmersivos ya que permitiría simular fuentes sonoras ubicadas por fuera de la cabeza con un alto grado de realismo”, indicó Vergara.
Del estudio también participaron Esteban Calcagno, Manuel Eguia y Ezequiel Abregú, del CONICET y de la UNQ, e Ignacio Spiousas, egresado de la UNQ y actualmente en la Universidad McGill y en el Centro de Investigación del Cerebro, en Montreal, Canadá.