Científicos del CONICET y de la Universidad Nacional de Tucumán buscan desarrollar alternativas sustentables que reemplacen a los fungicidas químicos.
(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Las plantas de frutillas podrían aportar la materia prima para el desarrollo de “vacunas” ecológicas contra enfermedades que afectan diferentes cultivos, según científicos de Tucumán.
Hace aproximadamente 10 años, el grupo del doctor Juan Carlos Díaz Ricci, del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), aisló de hojas de frutilla un compuesto, HeT, que era capaz de proteger a las plantas contra ciertas enfermedades fúngicas. Ahora, los científicos pudieron comprender el mecanismo que explicaría, al menos, parte de ese efecto.
“El hallazgo abre nuevos caminos para el desarrollo de posibles aplicaciones y usos en la agricultura, como una alternativa sustentable y amigable con el medio ambiente, en reemplazo de los tóxicos y contaminantes agroquímicos actualmente en uso”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Díaz Ricci, quién lidera el Laboratorio de Biotecnología Vegetal del INSIBIO.
HeT funciona como una “vacuna” de plantas, y su obtención y posibles usos fueron registrados por los investigadores de INSIBIO en el país y algunos países del exterior. Los científicos demostraron que plantas de frutilla tratadas con HeT adquirían una notable resistencia contra un hongo que produce la antracnosis, una enfermedad que afecta cultivos como el maíz, la soja, el trigo y los frutales, y provoca pérdidas millonarias.
El uso de HeT como “vacuna” en plantas, fue probado también en plantas de limonero. Los científicos tucumanos observaron esas plantas tratadas con HeT adquirían resistencia contra otro patógeno que causa la cancrosis de los cítricos, la bacteria Xanthomonas citri.
Tal como describe la revista “Plant Physiology and Biochemistry”, los científicos realizaron estudios bioquímicos y fisiológicos para evaluar el efecto de HeT en plantas. Utilizando una técnica desarrollada en su laboratorio, observaron que, al tratar plantas de frutilla con HeT, ciertas células encargadas de la fotosíntesis en las hojas aumentan la acumulación de calcio y óxido nítrico, dos marcadores que actúan como mensajeros de la activación de los sistemas de defensa.
“Descubrimos que los eventos moleculares identificados suceden de manera ordenada y sincronizada en el tiempo”, destacó Díaz Ricci. “Lo que hace HeT es activar la inmunidad innata en las plantas, y se manifiesta como un aumento de la resistencia y las protege contra el ataque de patógenos”.
Estudiar la capacidad natural que tienen todas las plantas de defenderse de patógenos “sienta bases para desarrollar herramientas que reemplacen agroquímicos y que contribuyan a mejorar el rendimiento de cultivos sin dañar al medio ambiente”, resaltó por su parte el primer autor del trabajo, Gustavo Martos, becario del CONICET en el grupo de Díaz Ricci.
Del trabajo también participaron Alicia Mamaní, del INSIBIO, y María Paula Filippone y Atilio Pedro Castagnaro, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), una unidad asociada al INSIBIO.