Así lo afirma la doctora María Fernanda Ledda, científica argentina que realizó su posdoctorado en el Departamento de Neurociencia en el Instituto Karolinska, en Suecia, y regresó al país. Con su grupo investiga las bases moleculares y celulares que favorecen la sobrevida, la diferenciación y los contactos neuronales durante el desarrollo del sistema nervioso.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. El aumento de la expectativa de vida está aparejado con un incremento a nivel mundial de las enfermedades neurodegenerativas, indica la Organización Mundial de la Salud. Ese organismo también señala que cada año se producen cerca de medio millón de lesiones de provocadas por un traumatismo (accidentes de tránsito, las caídas, violencia y otras razones).
”Comprender los principios que gobiernan el desarrollo normal del sistema nervioso es fundamental para propiciar nuevas estrategias de regeneración después de una lesión nerviosa o para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer”, señala María Fernanda Ledda, doctora en ciencias biológicas por la UBA. “En otras palabras: para reparar el cerebro, primero hay que entender cómo funciona”.
Ledda realizó su posdoctorado en el Departamento de Neurociencia del Instituto Karolinska, en Suecia, el mismo que designa todos los años al Nobel de Fisiología o Medicina. Al retornar al país, lideró un grupo de investigación en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias Prof. De Robertis (IBCN), en la Facultad de Medicina de la UBA. Y ahora pondrá en marcha su laboratorio en la Fundación Instituto Leloir (FIL). En la entrevista que mantuvo con la Agencia CyTA-Leloir, la neurocientífica describe sus proyectos de investigación y sus recientes hallazgos.
¿Qué tipo de investigación desarrolló en Suecia y continúa realizando en nuestro país?
Mi trabajo se centra en estudiar las bases moleculares y celulares que subyacen a la actividad de los llamados “factores neurotróficos” en el desarrollo del sistema nervioso. Estos factores son un grupo de proteínas que favorecen la sobrevida, la diferenciación y el establecimiento de los contactos neuronales durante el desarrollo del sistema nervioso central y periférico.
Si esas proteínas no cumplen bien su función, ¿qué desbarajustes pueden desencadenar?
Muchos. Los factores neurotróficos en el cerebro mejoran los procesos de memoria y aprendizaje. Si ocurren fallas en las señales disparadas por estas proteínas, pueden originar diversas enfermedades del neurodesarrollo, así como también patologías neurodegenerativas.
Después de lesiones nerviosas, el cuerpo despliega procesos de regeneración neuronal que terminan siendo insuficientes para su reparación. ¿Pero podrían inspirar nuevas terapias específicas?
Así es, comprender estos procesos y también los principios que controlan la formación y consolidación neuronal durante el desarrollo y a lo largo de la vida es fundamental para propiciar nuevas estrategias de regeneración después de una lesión nerviosa o diseñar nuevos enfoques terapeúticos de enfermedades neurodegenerativas.
El año pasado participó de un avance (publicado en la revista ”Cerebral Cortex”) que describe el rol de moléculas en la formación de las dendritas, las partes de las neuronas que reciben la información de otras neuronas.
Sí, determinamos un importante rol de las proteínas Etv4 y Etv5 en la regulación de la formación y distribución de dendritas. Estas proteínas pertenecen a un grupo de moléculas llamadas “factores transcripcionales”, que orquestan, desde el interior de las neuronas, la expresión de otras moléculas que participan en la formación de las distintas estructuras celulares. A su vez, la expresión de Etv4 y Etv5 está regulada por la acción de otro factor que participa en el desarrollo del sistema nervioso.
¿En qué región del cerebro estudiaron esas moléculas?
En el hipocampo. Observamos que los animales deficientes en estas proteínas presentan neuronas menos desarrolladas, con dendritas más cortas y menos frondosas, que no pueden establecer correctamente los contactos sinápticos para comunicarse entre ellas. También tienen problemas de aprendizaje y memoria, así como fallas en la interacción social.
¿Creen que estas alteraciones durante el desarrollo también podrían jugar un papel en enfermedades neurológicas que se padecen en etapas avanzadas de la vida?
Así es. Por eso consideramos que identificar las moléculas que controlan el desarrollo y el correcto funcionamiento del sistema nervioso es fundamental para comprender la causa de ciertas alteraciones cognitivas, así como también para la elaboración de terapias adecuadas.