El objetivo es identificar los mecanismos que regulan la proliferación de los tumores de la hipófisis o glándula pituitaria, cuyos casos de relevancia clínica afectan a 1 de cada 1100 personas a nivel mundial.
(Agencia CyTA-Leloir)-. Científicos de Córdoba estudian a nivel molecular los adenomas hipofisarios, generalmente denominados tumores pituitarios, que afectan a una glándula intracraneal del tamaño de un poroto. ¿Su objetivo? Aportar al diseño futuro de nuevas estrategias que mejoren su abordaje médico y reduzcan los efectos secundarios de los tratamientos actuales.
“La amplia variabilidad clínica hace que los adenomas hipofisarios sean un desafío para neurocirujanos, neurólogos, endocrinólogos y oftalmólogos”, indica Alicia Torres, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA).
Se trata de lesiones benignas que tienen impacto clínico en 1 de cada 1.100 personas a nivel mundial. La causan diversos factores y en general se manifiesta con exceso de secreción hormonal y/o por ocupación de espacio y compresión de estructuras vecinas en la región intracraneal.
Dependiendo del tumor pituitario, el tratamiento convencional se basa en la resección quirúrgica o la radioterapia. “La tendencia a recidivar (reaparecer) de estos tumores a corto o largo plazo demuestra la necesidad de un seguimiento prolongado en el tiempo. Por lo tanto, un manejo óptimo requiere de un equipo interdisciplinario”, destaca Torres, directora del Centro de Microscopía Electrónica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC y del INICSA, que depende del CONICET y de la UNC.
Proteína clave
Una estrategia terapéutica innovadora podría ser el desarrollo de fármacos con capacidad para inhibir proteínas cuya actividad es clave en el crecimiento de los adenomas hipofisarios, que constituyen del 10 al 15% de los tumores intracraneales.
Varios trabajos de ciencia básica del grupo de Torres han logrado describir mecanismos cruciales en la multiplicación de estos tumores. Uno de ellos, publicado el año pasado en la revista “Journal of Endocrinology”, demostró que la inhibición de una proteína disminuía la proliferación de células adenohipofisarias tumorales de origen murino (ratas) en cultivo.
“Se podría pensar en fármacos que inhiban esa proteína solamente en las células tumorales, aunque se requieren estudios adicionales para comprobar la factibilidad”, afirma Liliana Sosa, primera autora del estudio e investigadora del INICSA, que depende del CONICET y de la UNC.
Un factor que promueve la proliferación de las células tumorales es la actividad de la hormona 17β- estradiol (E2) y sus efectos mediados por los receptores estrogénicos alfa (REα) de membrana, de citoplasma y de núcleo.
Los investigadores cordobeses emplearon técnicas moleculares aplicadas en cultivos primarios de hipófisis de ratas para bloquear las proteínas que aumentan la localización y sensibilidad de esos receptores y comprobaron una disminución de la multiplicación de las células tumorales.
“En este estudio se proporcionó el conocimiento, desde la investigación básica, de diferentes mecanismos moleculares que eventualmente podrían conducir a tratamientos”, se esperanza Torres.