Gabriela Camporeale, investigadora del Instituto Leloir y del CONICET, recibió un subsidio de la Fundación Florencio Fiorini para revelar un mecanismo clave en la replicación del virus sincicial respiratorio (VSR), que contagia a dos tercios de los niños en su primer año de vida.
(Agencia CyTA-Leloir)-. A la fecha no existe en el mercado una vacuna ni antivirales efectivos que frenen la replicación del virus sincicial respiratorio (VSR), agente causal de la bronquiolitis y la principal causa de enfermedad respiratoria inferior severa en infantes.
Para entender la intimidad del modus operandi viral y ayudar a inspirar el desarrollo de medicamentos y métodos diagnósticos, una científica del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL) recibió un subsidio de la Fundación Florencio Fiorini y la Academia Nacional de Medicina.
“Estos fondos son de gran ayuda para realizar experimentos de laboratorio que arrojen luz sobre el comportamiento del virus a nivel molecular en su interacción con células en procesos de infección”, indica Gabriela Camporeale, integrante del Laboratorio “Estructura-Función e Ingeniería de Proteínas” que lidera Gonzalo de Prat Gay en la FIL.
El virus sincicial respiratorio contagia cerca del 60-70% de los niños en su primer año de vida, de los cuales alrededor de un 3% requiere hospitalización. En años normales (sin el aislamiento social impuesto por COVID-19), los brotes epidémicos durante el invierno producen en Argentina un mínimo de 300.000 casos anuales. Y las reinfecciones son frecuentes.
“Conocer los factores genéticos y moleculares que regulan la multiplicación del virus es el paso previo para desarrollar estrategias terapéuticas eficaces”, afirma Camporeale.
La infección de células por el VSR induce la formación de gránulos, unas estructuras que concentran todos los componentes necesarios para que el virus se multiplique.
En sus estudios, Camporeale pretende comprender el comportamiento y la distribución espaciotemporal de las proteínas que participan en la conformación de esas auténticas “fábricas virales”.
“Si bien se conocen los componentes involucrados en los gránulos que se forman después de la infección, mis investigaciones apuntan a entender de qué manera se combinan, que dominios participan y como se forman en la escala de tiempo”, explica la bioquímica graduada en la UBA y doctorada en la Universidad de Nebraska-Lincoln, en Estados Unidos.
La posibilidad de caracterizar las proteínas que conforman las fábricas virales podrá contribuir a establecer métodos de screening (tamizaje) para compuestos con actividad antiviral, así como podrá ayudar en la búsqueda de blancos terapéuticos para el desarrollo de antivirales y en la producción de herramientas diagnósticas, señaló Camporeale.