Una cepa de Dolosigranulum pigrum, un microorganismo que habita nuestro organismo, potencia la inmunidad antiviral innata en el tracto respiratorio y disminuye la replicación del virus, según estudios in vitro. Ahora, científicos buscan desarrollar un spray nasal que lo contenga.
(Agencia CyTA-Leloir)-. Si los datos preliminares de estudios in vitro se confirman, un espray nasal conteniendo una bacteria “comensal” del tracto respiratorio humano podría en el futuro usarse como estrategia preventiva contra el coronavirus que causa COVID-19, según proyecta un científico de Tucumán.
“Contar con un spray nasal que contenga una bacteria o un conjunto de bacterias de nuestro propio cuerpo y con capacidad de modular el sistema inmune, podría ayudar a potenciar la inmunidad antiviral innata en el tracto respiratorio”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor en Bioquímica Julio Villena, investigador del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, dependiente del CONICET.
“Pero antes de llegar a esa instancia es necesario hacer más estudios para demostrar este efecto in vivo y, de obtener buenos resultados, iniciar ensayos clínicos para comprobar seguridad y eficacia”, añadió Villena, también investigador del CONICET y líder de la investigación.
Pocos estudios se han enfocado en el papel que podría tener la microbiota (flora) respiratoria en la severidad de la infección por SARS-CoV-2. Uno de ellos, realizado en Alemania e Irlanda, comprobó que bacterias de las especies Prevotella y Veillonella eran más abundantes en los pacientes que presentaron COVID-19 más grave y que, en cambio, había mayor presencia de la especie Dolosigranulum pigrum en los pacientes con cuadros más leves.
“Si bien este estudio se realizó en una población acotada y con un número limitado de individuos, los resultados, sumados a los estudios previos de los efectos beneficiosos de Dolosigranulum pigrum realizados por nuestro equipo de trabajo nos hicieron pensar que esta bacteria comensal respiratoria podría emplearse para mejorar la resistencia a la infección por SARS-CoV-2”, explicó Villena.
Basados en estos antecedes, Villena y equipo trabajaron in vitro con células epiteliales respiratorias humanas, que son las que recubren el tracto respiratorio y las primeras en entrar en contacto con patógenos como el SARS-CoV-2. Al ponerlas en contacto con una cepa específica de Dolosigranulum pigrum (040417) previo a la exposición al coronavirus, lograron estimular la producción de interferón beta (IFN-b), ”uno de los factores más importantes que nos protegen contra los virus”, precisó Villena.
El científico agregó que, en línea con este hallazgo, “disminuyó la replicación del coronavirus en las células estimuladas con ese microorganismo”.
Por otro lado, las células tratadas con esa cepa bacteriana produjeron menores niveles de ciertos factores proinflamatorios (CXCL8, CXCL10 y CCL5) que participan en la llamada “tormenta de citoquinas” que ocurre en algunos pacientes graves con COVID-19. Los resultados del trabajo se publicaron en “Pathogens”.
Por su capacidad para mejorar los mecanismos de la “inmunidad innata”, que son generales para todos los virus, las bacterias comensales respiratorias podrían ayudar a disminuir la severidad de las infecciones causadas por los virus “que ya conocemos, los nuevos como el SARS-CoV-2 y los que puedan emerger en el futuro. La próxima vez que nos enfrentemos a una epidemia o pandemia por un virus respiratorio, debemos estar mejor preparados para combatirlo”, concluyó Villena.
Del estudio también participó Leonardo Albarracin, del CERELA y del CONICET, así como colegas de Bangladés, Rusia, Irlanda y Japón.