Los trabajos de David Julius y Ardem Patapoutian describen la base molecular de procesos biológicos fundamentales para nuestra capacidad de sentir, interpretar e interactuar con nuestro entorno interno y externo. Y también sentaron bases para la búsqueda de tratamientos para el dolor.
(Agencia CyTA-Leloir)-. David Julius, profesor en la Universidad de Colorado, y Ardem Patapoutian, del Instituto Scripps, en La Jolla (California), en Estados Unidos, son los ganadores del Premio Nobel de Medicina 2021 por descubrir los receptores para la temperatura y el tacto. Sus trabajos describen la base molecular para sentir el calor, el frío y la fuerza mecánica, fundamentales para nuestra capacidad de sentir, interpretar e interactuar con nuestro entorno interno y externo.
“La relevancia de los descubrimientos de ambos investigadores está relacionado con el conocimiento de cómo los estímulos externos (por ejemplo, causados por temperaturas, sustancias irritantes o señales de contacto) se transmiten hacia el sistema nervioso central”, explicó el doctor en Biología Gustavo Paratcha, del Instituto de Biología Celular y Neurociencia “Profesor Eduardo de Robertis” (IBCN) en la Facultad de Medicina de la UBA.
Los trabajos de los científicos laureados llevaron, por ejemplo, al descubrimiento del gen TRPV1, un receptor sensible al calor que se activa a temperaturas que se perciben como dolorosas. También identificaron al gen TRPM8, un receptor que se activa por el frío. También identificaron el rol de los genes Piezo1 and Piezo2 para estímulos mecánicos.
“Los hallazgos de Julius y Patapoutian son importantes para entender en la cotidianeidad cómo percibimos los estímulos sensoriales y para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la transducción del dolor, ya que una de las estrategias para generar sustancias analgésicas consiste en el estudio de las bases moleculares que subyacen a la detección de estímulos dolorosos”, indicó Paratcha.
Los receptores de la familia TRP y Piezo identificados por ambos investigadores serían blancos importantes para el desarrollo de terapias para patologías relacionadas con el dolor, explicó Paratcha. Y continuó: “Los TRP son centrales para nuestra capacidad para percibir temperaturas y los receptores de la familia Piezo están relacionados con la capacidad de detectar señales táctiles y percibir la posición y el movimiento de nuestro cuerpo”.
El estudio de los receptores identificados por los premios Nobel de Medicina 2021 es de utilidad para el diseño de futuros tratamientos de situaciones de dolor inflamatorio crónico y neuropatías periféricas como las observadas en diabetes, agregó Paratcha quien lidera, entre otros estudios, trabajos centrados en genes que regulan la percepción de la temperatura.