Se trata de Ezequiel Petrillo, investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFYBINE), con sede en la Ciudad de Buenos Aires. Sus proyectos apuntan a mejorar el rendimiento agrícola de manera sustentable. Recibieron menciones especiales Daiana Capdevila, Luciana Capece y Damián Álvarez-Paggi. La distinción es una iniciativa de Josefina Hortensia “Fima” Leloir, sobrina y ahijada del doctor Luis Federico Leloir, Nobel de Química 1970.
(Agencia CyTA-Leloir)-. Ezequiel Petrillo, un doctor en Biología de 40 años de edad que busca desarrollar cultivos sustentables de alto rendimiento adaptables al cambio climático, ganó el Premio Fima Leloir 2021 “A la Excelencia Científica de Jóvenes Investigadores”, una distinción instituida por Josefina Hortensia “Fima” Leloir, sobrina y ahijada del doctor Luis Federico Leloir, Nobel de Química 1970.
“Como investigador argentino en plantas y en biología del ARN recibir este premio es una alegría inmensa. Me siento feliz y agradecido”, afirma Petrillo, investigador del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET. Y agregó: “La ciencia es un fenómeno colectivo, grupal, un esfuerzo colaborativo. Por esta razón, este premio será compartido con mi grupo y servirá para que podamos seguir haciendo ciencia como deseamos”.
El interés del laboratorio de Petrillo en el IFIBYNE es la regulación del llamado “splicing alternativo”, un proceso que ocurre durante la expresión de los genes en los eucariotas (que incluye a animales, plantas y hongos) y que “permite obtener más de una proteína con diferente función a partir de un único gen”, explica el investigador.
De acuerdo con el ganador del Premio Fima Leloir 2021 entender cómo se regula la expresión de los genes “es relevante para saber cómo una planta responde al ambiente cambiando su desarrollo para sobrevivir y dejar descendencia. Este conocimiento puede sentar bases para desarrollar cultivos de altos rindes en condiciones ambientales adversas como los que ya está generando el cambio climático. Para garantizar la seguridad alimentaria es necesario aumentar la producción agrícola de un modo amigable con la naturaleza.”
Petrillo y colegas descubrieron que además de ser fuente de alimento, la fotosíntesis también opera como un sensor de luz que le sirve a la planta para regular la expresión de sus genes de forma coordinada y desarrollar respuestas de crecimiento y desarrollo en función de las señales lumínicas del ambiente. “O sea, la luz activa la fotosíntesis en las hojas y esto modifica el splicing alternativo en toda planta, hasta en las raíces”, puntualiza Petrillo.
Petrillo también es primer autor de un trabajo, publicado en Nature en 2010, que abrió un nuevo campo de estudio al vincular por primera vez a la regulación del splicing alternativo con el reloj circadiano de las plantas.
Más distinciones
El jurado del Premio Fima Leloir decidió otorgar menciones especiales a Daiana Capdevila, Luciana Capece y Damián Álvarez-Paggi.
“Una mención del Fima Leloir es un honor enorme y un incentivo para profundizar líneas de trabajo que considero que son innovadoras para el país”, afirma Capdevila doctora en Química por la UBA, jefa del Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas en la Fundación Instituto Leloir (FIL) e investigadora del CONICET de 34 años.
Capdevila y su grupo estudian cómo pequeños cambios en la posición y el movimiento de los átomos en algunas moléculas permiten que las bacterias patógenas que figuran en la lista de prioridad de la Organización Mundial de la Salud adquieran resistencia a los antibióticos y evadan el sistema inmune. “Buscamos contribuir al desarrollo de nuevas estrategias antimicrobianas”, afirma Capdevila, que a su vez dirige un proyecto que apunta al desarrollo de biosensores portátiles para detectar contaminantes a fin de garantizar la seguridad hídrica de la población en la Cuenca Matanza–Riachuelo.
“Estoy muy agradecida por la mención especial del Premio Fima Leloir, significa un incentivo para seguir trabajando, no siempre es fácil repartirse el tiempo entre el rol de investigadora y el rol de mamá”, indica Capece, doctora en Química e investigadora del CONICET en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE), que depende la UBA y del CONICET.
Capece trabaja en el desarrollo y aplicación de métodos de simulación computacional, basados en modelos fisicoquimicos para el estudio de diversos procesos en biomoléculas, más especialmente en proteínas. Y estudia, por ejemplo, la unión de ligandos (sustancias que forman un complejo con una biomolécula para cumplir un propósito biológico) a regiones de proteínas y los cambios que producen en su función.
Sus trabajos han ayudado a dilucidar procesos moleculares que regulan al patógeno responsable de la tuberculosis, otros vinculados con cáncer y también a cambios en proteínas como la frataxina, vinculada con la ataxia de Friedreich (un trastorno degenerativo cuyo principal síntoma es la dificultad para coordinar los movimientos). “Los métodos de simulación computacional son de gran utilidad para colaborar al desarrollo de nuevas drogas para diferentes patologías”, puntualiza Capece, de 39 años de edad y también profesora adjunta en el Departamento de Química Inorgánica, Analítica y Química Física, Exactas-UBA.
“Recibir este reconocimiento es una alegría inmensa. Cuando se valora de manera positiva la trayectoria y la perspectiva a futuro de uno, es una indicación de que se está por el buen camino o, al menos, eso se intenta”, afirma Damián Álvarez-Paggi. biofisicoquímico de 39 años de edad e investigador del CONICET en la Fundación INFANT.
Álvarez-Paggi estudia principalmente virus respiratorios con el fin de comprender las bases moleculares y los mecanismos a través de los cuales ejercen su patogenicidad, principalmente el virus sincicial respiratorio (RSV) y SARS-CoV-2. “También estamos abordando el desarrollo de potenciales prototipos vacunales contra estos virus. Y estamos tratando de comprender y modificar algunas de las propiedades estructurales de estos virus para el desarrollo de herramientas biotecnológicas”, señala el director del grupo de Ciencias Biomoleculares e Inmunoingeniería en la Fundación INFANT.
Otra línea de investigación del laboratorio de Álvarez-Paggi involucra el uso de técnicas de inteligencia artificial, específicamente aprendizaje automático (machine learning) para identificar las bases fisiológicas de la displasia broncopulmonar, una enfermedad que afecta a los bebés prematuros.
Maria Fabiana Drincovich, presidenta del jurado, doctora en Bioquímica e investigadora del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI) con sede en Rosario y dependiente del CONICET, señaló que la selección de los ganadores fue “una tarea bastante difícil, dado el número de jóvenes brillantes que presentaron propuestas interesantísimas e innovadoras”.
“Las ideas que se desarrollan aquí son reconocidas en el mundo. Pero las buenas ideas también necesitan fondos. Y no hay dinero mejor invertido que el que se destina a la ciencia”, dijo Nora Bär, presentadora de los premios Fima Leloir 2021, ex editora de Ciencia y Salud en La Nación, ahora en El Destape, y conductora del programa radial “El Arcón, ciencia, salud y tecnología” y los cafés científicos de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y el Centro Cultural de la Ciencia.
Vanessa Gottifredi, presidenta de la FIL, recordó que, durante la pandemia, la FIL no estuvo recluida y tuvo una participación activa en el desarrollo de kits diagnósticos y otras herramientas para contener la expansión de COVID-19. “Experimentamos una metamorfosis y, como toda metamorfosis, no tiene vuelta atrás”, aseguró. También afirmó que el Premio Fima Leloir “quiere poner el foco en los jóvenes, que son el motor del cambio. La ciencia es riqueza, soberanía y libertad. Gracias a Fima por perpetuar el deseo de Luis Federico Leloir de apoyar a la ciencia y apoyar a los jóvenes”.
“Estamos felices y orgullosos de hacer posible este premio instaurado por Josefina Hortensia ‘Fima’ Leloir que implica un reconocimiento a nuestros jóvenes científicos que son el motor de la investigación en nuestro país. En esa línea, nuestra fundación impulsa fuertemente la formación de investigadores y futuros líderes de proyectos innovadores y relevantes para el desarrollo del país”, destacó Ángeles Zorreguieta, directora de la FIL.