Se trata del “Proyecto Mutographs”, que investiga cómo los factores ambientales o el estilo de vida generan cambios sutiles en el ADN que llevan al desarrollo del cáncer. La iniciativa permitió crear uno de los biorrepositorios más completos que existen, con casi 8.000 muestras de tumores de 30 países en cinco continentes. Argentina aporta datos de cáncer colorrectal y de cabeza y cuello.
(Agencia CyTA-Leloir).- Con el objetivo final de desarrollar mejores programas de prevención, detección temprana y nuevos tratamientos contra el cáncer, un consorcio internacional de científicos se unió en el “Proyecto Mutographs”, por medio del cual se analizan las llamadas “huellas mutacionales” presentes en el ADN de las células tumorales. Investigadores del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo” (Universidad de Buenos Aires), del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA) y de su Instituto de Medicina Traslacional e Ingeniería Biomédica (IMTIB) integran la ambiciosa iniciativa, que dio a conocer sus últimos avances en un artículo publicado en la revista Cell Genomics.
“La palabra ‘Mutographs’ se utiliza para describir las firmas o huellas mutacionales en el ADN del tumor, que se generan por diversos factores a lo largo de nuestra vida. Estos cambios escapan a los mecanismos de reparación celular al que es sometido nuestro material genético y podrían estar involucrados en el proceso de desarrollo del cáncer”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir Tamara A. Piñero, coordinadora de Proyectos del IMTIB, unidad ejecutora de triple dependencia entre el CONICET, el Instituto Universitario y el Hospital Italiano, y quien participa del proyecto internacional bajo la dirección de Carlos A. Vaccaro, director del Programa de Cáncer Hereditario del HIBA.
“La iniciativa –continuó Piñero– se centra justamente en identificar y analizar esas huellas, dado que pueden proporcionar información valiosa sobre cómo los factores ambientales, nuestro estilo de vida u otras cuestiones biológicas generan cambios sutiles en el ADN. Al estudiarlas a gran escala y en poblaciones diferentes, esperamos descubrir y caracterizar los diversos patrones involucrados en distintos tipos de cáncer”.
En el caso del HIBA, un grupo interdisciplinario formado por investigadores y médicos cirujanos, epidemiólogos y anatomopatólogos obtuvo muestras biológicas de cáncer colorrectal y realizó el análisis molecular y el seguimiento a largo plazo de la evolución de los pacientes reclutados para el estudio.
Por otra parte, el Departamento de Epidemiología y Carcinogénesis Ambiental (DEyCA) y la Unidad Funcional de Cabeza y Cuello del Instituto Roffo participan de la iniciativa aportando su amplia experiencia, precisamente, en tumores de cabeza y cuello. “Este proyecto ha logrado crear uno de los biorrepositorios más diversos y completos que existen para investigar las causas de ocho tipos de cánceres, que presentan incidencias diferentes en el mundo”, informó Marta Vilensky, jefa del DEyCA, y otra de las coautoras del artículo.
El biorrepositorio cuenta con distintos tipos de muestras biológicas, “que incluyen tejidos tumorales, tejidos sanos, sangre, plasma, saliva y orina, al igual que datos demográficos y de factores de riesgo asociados al cáncer como el consumo de alcohol, tabaco, sobrepeso/obesidad, ciertas condiciones médicas y antecedentes familiares”, añadió Vilensky.
Mirada global
Bajo la dirección del reconocido científico británico Michael Stratton, experto en genética del cáncer del Wellcome Sanger Institute, en las afueras de Cambridge, Reino Unido, el “Proyecto Mutographs” reúne a especialistas de diversas disciplinas y regiones del planeta, y cuenta el respaldo de Cancer Research UK, la organización independiente de investigación en cáncer más grande del mundo.
Hasta el momento, la iniciativa logró crear un amplio conjunto de datos genómicos y un biorrepositorio de casi 8.000 casos de cáncer de 30 países en cinco continentes. Y completó la secuenciación genómica de más 4000 casos, con el objetivo principal de entender las causas del cáncer en 8 sitios anatómicos, de los que se sabe poco: carcinoma de células escamosas de esófago, carcinoma de células renales, cáncer colorrectal, adenocarcinoma ductal pancreático, adenocarcinoma de la unión esofágica, cáncer de cabeza y cuello, cáncer de vejiga urinaria y cáncer de vesícula biliar.
“Este enfoque permite investigar las variaciones en las tasas de incidencia del cáncer entre distintas regiones del mundo, comparando las huellas mutacionales en las muestras analizadas y cruzando esta información con los datos clínico-epidemiológicos de las regiones participantes”, destacó Piñero. “Mutographs constituye un legado para nuevos proyectos en el campo de la epidemiología genómica del cáncer y tiene el potencial beneficio de mejorar el manejo oncológico tanto en las fases de prevención como de tratamiento”, agregó.
Vilensky, por su parte, resaltó que la participación argentina en este proyecto “ha permitido consolidar la experticia de nuestras instituciones en el desarrollo y la implementación de protocolos de investigación en epidemiología genómica en cáncer”. Y concluyó con una reflexión: “Lamentablemente, creo que también ha puesto en evidencia las limitaciones que enfrentamos, como la falta de financiación local e internacional para participar de iniciativas de este tipo, contratar y formar personal y poder seguir a los pacientes durante el tiempo necesario para documentar su respuesta al tratamiento y su sobrevida global”.