El investigador Guillermo Cecchi presentará los resultados de sus estudios en la Reunión Anual de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias (SAN), que se realiza del 25 al 27 de octubre en Buenos Aires. Entre otras patologías, estudia cómo usar la tecnología existente para la detección temprana de esquizofrenia. “Podemos usar modelos de lenguaje para entender cómo se expresa un paciente con esquizofrenia temprana o que está en riesgo”, asegura.
(Agencia CyTA-Leloir).- Vivimos con el celular al alcance de la mano, las redes sociales identifican lo que nos interesa y las plataformas de comercio electrónico parecen saber exactamente qué estamos pensando comprar. Toda la tecnología detrás de estas funcionalidades ya existe, entonces ¿por qué no usarla para beneficio de la salud y la ciencia? Consciente de estas posibilidades, el investigador argentino Guillermo Cecchi, director de los grupos de Psiquiatría Computacional y Neuroimágenes de IBM Research, en Nueva York, Estados Unidos, se dedica a estudiar las diferentes formas en las que se puede aplicar la tecnología disponible, como la inteligencia artificial (IA), para personalizar el seguimiento de pacientes con patologías de salud mental y avanzar en el desarrollo de nuevas intervenciones.
“La medicina avanzó muchísimo en los últimos 20 a 30 años, especialmente con la biología molecular, la medicina genética y el desarrollo de drogas. Pero en salud mental, en psiquiatría y neurología estamos muy atrasados. Por ejemplo, hay un paciente con dolor crónico que tiene un implante en la espina dorsal para controlar los síntomas. Después de la colocación del implante, el médico lo ve a la semana siguiente y le pregunta cómo es su dolor de 1 a 10. Luego, lo ve recién a los 3 meses. Y en ese tiempo pudieron pasar un montón de cosas. La idea es no tener que confiar solamente en esos 5 minutos de la consulta”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir Cecchi, quien estudió Física en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Desde este viernes, Cecchi participará de la XXXIX Reunión Anual de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias (SAN), que se llevará a cabo en la Ciudad Universitaria de la UBA hasta el 27 de octubre. Allí expondrá sobre la potencialidad de utilizar herramientas de IA en psiquiatría y neurología para el análisis de gran cantidad de datos que sirvan para la predicción de episodios, el monitoreo de la enfermedad, la orientación de terapias “adaptativas” y la optimización de ensayos clínicos que evalúen nuevos tratamientos en patologías como esclerosis lateral amiotrófica, dolor crónico, esquizofrenia y enfermedad de Parkinson.
Según Cecchi, los últimos avances tecnológicos permiten hacer nuevas preguntas científicas. “En el laboratorio podemos trabajar con 100 ratones, pero con seres humanos es bastante más difícil. Si queremos realizar un experimento con personas cuyos resultados sean significativos, tanto en investigación como para una aplicación clínica, tenemos que hablar de, al menos, miles de sujetos. Dada la diversidad del comportamiento humano, sin tener suficientes datos nunca vamos a tener un progreso sustancial”, comentó. Aunque parece futurista, “es algo que las compañías de tecnología están haciendo para otros fines, como Amazon y Facebook. Está a la vuelta de la esquina, es simplemente usarla para otros objetivos”, agregó.
IA para el tratamiento personalizado de la esquizofrenia
La esquizofrenia, una enfermedad difícil de manejar que afecta entre el 1 al 2% de la población, así como a los familiares, es una patología particularmente apta para beneficiarse del uso de la tecnología. “Dado que se la reconoce como una enfermedad del pensamiento, se presta a estudios donde nos basamos en lenguaje, porque es una señal simple de recoger. El lenguaje es posiblemente la mejor puerta de entrada para entender lo que está pasando con un paciente”, aseguró Cecchi.
Sobre el uso de IA que recoja datos del lenguaje al servicio de la salud mental, ejemplificó: “Podemos utilizar modelos de lenguaje para entender cómo se expresa un paciente con esquizofrenia temprana o que está en riesgo de esquizofrenia. De hecho, estamos desarrollando nuevos modelos para comprender, por ejemplo, cómo diagnosticar y hacer pronósticos”.
En 2018, el especialista publicó en World Psychiatry una investigación que postula que el análisis lingüístico automatizado puede ser una herramienta poderosa para el diagnóstico y el tratamiento en neuropsiquiatría. “En la psicosis (conjunto de síntomas asociados a la esquizofrenia), la estructura misma del lenguaje puede verse alterada, incluida la coherencia semántica y la complejidad sintáctica. Las alteraciones sutiles del lenguaje son evidentes en la esquizofrenia, incluso antes del inicio de la primera psicosis”, contextualiza el resumen.
Por eso, mediante el procesamiento del lenguaje hecho con computadora, el equipo de Cecchi demostró que la tecnología tiene el potencial de mejorar la predicción de casos de psicosis entre los jóvenes en riesgo y de identificar cuándo es necesaria la intervención preventiva. “Se sabe que alrededor del 20% de la población en riesgo va a tener un primer episodio psicótico, pero aún tienen síntomas por debajo del umbral, como problemas en la escuela, de alimentación o pensamientos paranoicos. Algunos terminan con psicosis, la mayoría con esquizofrenia y otros se recuperan”, explicó.
Actualmente, Cecchi tiene dos investigaciones que, aunque son de ciencia básica, “están destinadas a ser aplicadas”, resaltó. La más reciente consiste en poner una cámara y un micrófono durante la interacción entre un paciente y el médico para, a partir de esa información, poder predecir lo que va a suceder con la persona dentro de un año. “Si va a volver a tener una consulta, si va a ir a la sala de emergencias o si va a abandonar el tratamiento”, sintetizó el experto.
El investigador aclaró que en sus estudios trabajan de manera coordinada con distintas instituciones públicas y privadas. “Yo me pongo la camiseta de datos, computación y matemática, pero sin los médicos e investigadores en neurociencia básica no podríamos hacerlo. De ahí viene también un poco la razón de ser de esta reunión de la SAN”, señaló Cecchi.
Sobre la reunión de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias
Como lo hace desde 1985, la SAN realiza su reunión anual, un espacio donde confluyen investigadores del campo de las neurociencias del país e invitados extranjeros. El número promedio de asistentes a esos encuentros ha sido de entre 350 y 400 participantes, pero este año se inscribieron cerca de 800.
“En el área del AMBA se concentra el 60% de nuestros/as socios/as, lo cual nos facilitó proveer ayuda económica para que quienes trabajan en otras provincias puedan participar”, comunicaron en una nota de prensa, donde resaltaron que la decisión de realizar el encuentro en la Ciudad Universitaria de la UBA, en CABA, tuvo que ver con entender la gran dificultad que enfrenta el sistema científico nacional, y que la falta de financiamiento complica la asistencia a un congreso para investigadores/as y becarios/as doctorales y posdoctorales.
Los fondos fueron aportados por la International Brain Research Organization (sede en Francia), la International Society for Neurochemistry (sede en Suiza), la Company of Biologists (sede en Reino Unido), la Fundación Williams (Argentina) y, en una proporción menor, por el CONICET. Los científicos extranjeros aceptaron costearse el pasaje.