Investigadores de Argentina y los Estados Unidos descubrieron un gen cuya disfunción predispone al sobrepeso.
(Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Un gen maestro que determina cuándo comer y cuándo dejar de hacerlo, y cuya disfunción conduce al exceso de peso, fue descubierto por un grupo de científicos del Conicet, en Argentina, y de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.
El hallazgo “no necesariamente nos acerca a la pastilla para controlar la ingesta, pero sin duda nos coloca en mejores condiciones para intentar resolver este problema complejo”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el líder del trabajo científico, el doctor Marcelo Rubinstein, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI), en Buenos Aires.
En estudios con ratones, los científicos hallaron que el gen Isl1 resulta crucial en la determinación funcional de ciertas neuronas que expresan proopiomelanocortina (POMC), y que se encargan de regular la cantidad de energía ingerida en los alimentos. “El funcionamiento inapropiado de esas neuronas lleva a la obesidad”, dijo Rubinstein, quien dirige el Laboratorio de Genes, Cerebro y Conducta del INGEBI.
Rubinstein y su equipo inhibieron, mediante técnicas de ingeniería genética, la actividad del gen Isl1 en diferentes etapas de la vida de los ratones. “Con sorpresa observamos que Isl1 es clave no sólo para que las neuronas de POMC comiencen a funcionar durante el desarrollo embrionario sino también para que lo sigan haciendo durante la vida adulta”, destacó el profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Los ratones que tienen “desregulado” el gen Isl1 comían sin control y desarrollaron obesidad, añadió.
Los investigadores también realizaron experimentos en peces cebra, animales con quienes los humanos compartimos un ancestro evolutivo común hace 450 millones de años. Y comprobaron que, en esos peces, el gen Isl1 cumple las mismas funciones que en los roedores. “Eso evidencia que se trata de un sistema muy antiguo y basal en la historia de los vertebrados”, subrayó Rubinstein.
El estudio fue publicado en la revista “Proceedings” de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), una de las publicaciones más influyentes y leídas en el terreno científico. Y también lo firmaron los doctores Sofia Nasif, Laura González, Daniela Orquera y Flavio de Souza, del INGEBI, y Malcolm Low y Miho Yamashita, de la Universidad de Michigan.
De todos modos, Rubinstein intentó atenuar las implicancias del hallazgo. La epidemia de obesidad que se manifiesta en todos los países del mundo, dijo, no tiene sus orígenes en trastornos genéticos ni biológicos “sino en cambios culturales profundos y persistentes que modificaron en las últimas décadas las relaciones cuali y cuantitativas que tenemos con la ingesta de alimentos”. En ese sentido, denunció la “enorme variedad de pseudoalimentos que inundan los kioscos y supermercados”.
El doctor Marcelo Rubinstein (izq.), director del Laboratorio de Genes, Cerebro y Conducta del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular, y los integrantes de su grupo.