Tras examinar restos fosilizados de casi veinte especies de plantas de la Patagonia, constataron que los “relojes moleculares” o análisis de ADN subvaloran su antigüedad.
(17/07/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un método para determinar la antigüedad de animales y plantas que habitaron la Tierra, el llamado “reloj molecular”, en realidad “adelanta” hasta decenas de millones de años y puede indicar una edad mucho más joven de la verdadera.
Así lo revelaron paleontólogos de Argentina y de Estados Unidos, quienes señalaron que los resultados contribuyen a aclarar una controversia acalorada entre los especialistas de las ciencias naturales.
La técnica del “reloj molecular” estima la antigüedad de un grupo de seres vivos a partir de las modificaciones que sufrió el ADN de las especies que lo componen. Históricamente, el método había sido acusado de “atrasar”: indicar, por ejemplo, que una planta apareció hace 70 millones de años cuando el registro fósil señala que apenas tiene 10 millones de años.
Pero en los últimos años, con las mejoras del procedimiento, el desajuste cambió de sentido: los relojes moleculares comenzaron a obtener edades más jóvenes que las evidenciadas por los restos fosilizados.
Ahora, un equipo del Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, en Chubut, y del Departamento de Geociencias de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, aportó pruebas contundentes de que los relojes moleculares, en efecto, “adelantan”.
Para llegar a esa conclusión, los científicos estudiaron fósiles de 19 linajes de plantas cuya antigüedad estaba bien establecida. Y comprobaron que los estudios basados en análisis de ADN “rejuvenecían” las especies. Por ejemplo, araucarias de más de 150 millones de años tenían, según los cálculos de esa metodología, sólo 40 millones de años.
“La edad de los fósiles era mucho más antigua para un grupo que lo sugerido por sus moléculas de ADN”, señaló el doctor Ignacio Escapa, especialista en paleobotánica del MEF y primer autor del trabajo publicado en la revista “New Phytologist”.
De todas maneras, Escapa destacó que los relojes moleculares han avanzado “y es posible que en el futuro puedan reducir estos sesgos”.
Asimismo el investigador del CONICET explicó que la vía convencional y más precisa que se emplea en la actualidad para determinar la edad de los fósiles se basa en las dataciones radiométricas. La más conocida es la del carbono 14. Esta técnica se usa para datar sucesos relativamente recientes (hasta 60 mil años, aproximadamente). Para la datación de fosiles, de mucha más antigüedad, se usa el mismo método, pero con pares radioactivos como el Potasio-Argon o Plomo-Uranio, que permiten dataciones de sucesos de millones de años.
El doctor Ignacio Escapa, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), en la Antártida con fósiles de gimnospermas de más de 200 millones de años de antigüedad.
Cono de Araucaria petrificado, del Jurásico de la Provincia del Chubut, Argentina.