(22/11/07. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. A fines del siglo XIX, cuando Domingo F. Sarmiento fundó el Observatorio Nacional Argentino en Córdoba, el cielo del hemisferio Sur todavía era un espacio inexplorado. Guillermo Goldes, doctor en Astronomía y magíster en museología, revela los motivos que hicieron posible la creación del Observatorio y describe las actividades que el Museo Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba lleva a cabo, no sólo para preservar un capítulo importante de la astronomía argentina, sino también para que el público pueda acercarse a las estrellas.
-¿Qué actividades se llevan a cabo en el Museo de Astronomía?
En primer lugar tenemos un programa de conservación del patrimonio. En ese programa ocupa un lugar importante el edificio del Observatorio Nacional, que fue declarado monumento histórico en 1995. Fue fundado en 1871 por Sarmiento, pero el edificio original fue demolido y en su lugar se erigió en 1930 el edificio actual. También conservamos una colección de instrumentos, telescopios y documentos que datan de 1870 en adelante.
-¿Dónde fueron fabricados esos telescopios?
Los telescopios portátiles de la colección fueron traídos a Córdoba por el astrónomo norteamericano Benjamin Gould, el primer director del Observatorio. Fueron fabricados a partir del año 1870, principalmente en Estados Unidos y también en Alemania, país al cual había viajado Gould para formarse.
-¿Por qué se creó el Observatorio?
El fin específico fue el de catalogar los cielos del Hemisferio Sur, eso implicaba hacer mapas precisos de la posición de todas las estrellas visibles. Por un lado se trataba de una función estrictamente científica y es que el cielo austral estaba inexplorado, pero al mismo tiempo se presentaban fines utilitarios. Los mapas estelares eran necesarios como referencia para explorar el territorio. Esto permitía, a su vez, elaborar una cartografía para abrir carreteras, líneas férreas y líneas de navegación por los mares del Sur. De esa forma se promovía el transporte de mercaderías y personas, y se daba cohesión a un territorio que aún no la tenía.
-¿Había algún fin político detrás de la fundación del Observatorio?
Indudablemente. Para Sarmiento, que era un profundo admirador de la cultura norteamericana, participar en el progreso de las ciencias Naturales era una condición necesaria para lograr un país “civilizado”. Él fundó varias instituciones educativas y científicas fuera de Buenos Aires como forma de extender esa “civilización” al interior del país. Sarmiento quería que la Argentina se sentara a la mesa de los grandes países.
-¿Qué beneficios obtuvo Benjamín Gould al ser director del Observatorio?
Cuando Gould vino a la Argentina era un joven y promisorio científico. Posteriormente disfrutó de las condiciones ideales para convertirse en un gran investigador dado que tuvo a su disposición una institución nueva para dirigir, un presupuesto importante, personal bajo su mando y, ante todo, el principal capital que un astrónomo pudiera soñar: un cielo inexplorado. Pero no todo fue un jardín de rosas. Cuando Gould volvió a Estados Unidos había perdido a sus hijas ahogadas en el río Suquía.
-¿Qué otros bienes integran el acervo del museo?
Hay una amplia colección documental. Por un lado, tenemos una colección de fotografías de miles de piezas, tanto astronómicas como institucionales. Se trata de registros gráficos de nuestra historia. Disponemos asimismo de una colección de documentos en soporte papel que incluye libros, revistas, diarios de observaciones astronómicas y correspondencia entre el Observatorio y las autoridades del gobierno nacional.
-¿Cuáles son actualmente las condiciones de conservación?
Durante décadas no han sido las más adecuadas. Pero en la actualidad tenemos un programa de conservación que está parcialmente apoyado por un subsidio otorgado por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos, que recientemente hemos ganado en un concurso público y que constituye un punto de inflexión. De ahora en más las colecciones tendrán un resguardo adecuado.
-¿Pero son suficientes?
Los fondos siempre son escasos y las necesidades del museo innumerables, pero con una planificación adecuada y realista siempre se pueden hacer rendir al máximo los escasos recursos que hay.
-¿Qué otras actividades realizan?
Tenemos un circuito educativo para escolares, realizamos exposiciones temporarias, por ejemplo, en este momento organizamos una muestra fotográfica cuyas obras fueron seleccionadas en un concurso abierto. La idea del concurso fue estimular la participación del público en forma activa tratando de integrar aspectos científicos y artísticos. La temática de este concurso abierto fue el cielo por un lado y los museos por el otro. También realizamos ciclos de cine -debate sobre ciencia ficción, y claro, actividades de investigación sobre las colecciones y su marco histórico.
-¿También tienen una exposición permanente?
Sí, está relacionada con el desarrollo de la astronomía argentina y se basa en dos pilares, por un lado la divulgación científica y por el otro la historia. La historia permite contextualizar la ciencia.
-¿Cuáles son los planes para el futuro?
Creemos que, al margen de los proyectos concretos del Museo Astronómico, que los hay e incluyen todas las áreas, el verdadero desafío que tenemos hoy es lograr consolidar la red de museos de la universidad, de la que somos parte, de manera que funcione como una verdadera red, aportando sinergia. Los museos deberían ser una cara importante de la universidad y tienen potencialidad para serlo.