Podría estar disponible en 2018. El proyecto es uno de los pilares del primer consorcio que reúne en Argentina a médicos y científicos que pretenden mejorar el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. En octubre, será presentado en la Universidad de Oxford.
(21/09/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Si todo sale bien, para 2018 podría estar listo un dispositivo de uso médico que analizaría con un chip muestras de saliva en personas mayores de 50 años y arrojaría información sobre la probabilidad de contraer en el futuro la enfermedad de Alzheimer.
El artefacto tendría el tamaño de una pequeña impresora. “Y estará dotado de un software con algoritmos que cruzarán datos genéticos de la muestra de saliva con información de historial clínico y antecedentes familiares del paciente, para arrojar los resultados de predicción de riesgo”, afirmó la directora del Programa de Medicina Traslacional para Innovaciones en Investigación, Diagnóstico y Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer, la doctora Laura Morelli.
“El análisis podría favorecer estrategias precoces de detección y tratamiento”, agregó Morelli, quien es investigadora del CONICET en el Laboratorio de Amiloidosis y Neurodegeneración del Instituto Leloir (FIL).
Esta tecnología en desarrollo, está siendo validada en muestras de pacientes en el marco del Proyecto de Medicina Traslacional de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, donde participan, además del grupo que lidera la doctora Morelli, investigadores del Centro de Neuropsiquiatría y Neurología Cognitiva (CENECON) de la Facultad de Medicina de la UBA, del Hospital Eva Perón (en San Martín) y del Instituto Mercedes y Martín Ferreyra, en Córdoba. Y cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el CONICET.
De acuerdo con Morelli y el doctor Luis Brusco, director de CENECON y presidente de Alzheimer Argentina, la principal utilidad de un test predictor en la fase preclínica será implementar un monitoreo clínico y farmacológico acorde al paciente. “Si retrasamos 3 años el comienzo de la enfermedad, bajarían a la mitad la cantidad de pacientes. Además del padecimiento de quienes la sufren, esta patología genera un problema familiar, social, cultural y financiero”, indicó Brusco.
En la actualidad, el consorcio de científicos y médicos está reclutando, en diferentes provincias, 1.000 personas mayores de 65 años: 500 pacientes con diagnóstico clínico de Alzheimer probable y 500 controles sin deterioro cognitivo, y, en todos los casos, se analiza la información genética de las muestras de saliva. “Hasta ahora analizamos 400 muestras de personas con y sin Alzheimer de diferentes provincias y logramos identificar 10 variantes de ADN cuya presencia indican probabilidad de desarrollar esa enfermedad”, puntualizó Morelli. Y agregó que esos resultados trazan el perfil genómico o “firma molecular” de la enfermedad en la población argentina, que es diferente al de Europa y Estados Unidos.
Por ahora, la identificación del marcador genético APOE4 permite predecir el riesgo de esa enfermedad, “pero el test que estamos desarrollando busca abarcar las variantes genéticas más comunes asociadas a la población de nuestro país y el resto de América Latina”, destacó Morelli.
El proyecto científico avanzó las etapas más básicas de su desarrollo. Por ello, INIS Biotech, la oficina de transferencia tecnológica de la FIL, está trabajando fuertemente en la valorización de la tecnología y la búsqueda de financiamiento y empresas y/o laboratorios interesados en fabricar y comercializar este producto en el mercado.
En octubre, tras haber sido seleccionada por el Programa SINAPTEC del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la iniciativa será presentada en Inglaterra, en el marco de una capacitación intensa con ISIS Innovation, la oficina de transferencia tecnológica de la Universidad de Oxford. “Buscaremos lograr lazos para su futura comercialización”, señaló la economista Paula Prados, gerente de INIS Biotech.
Debido al aumento de la expectativa de vida la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer está aumentando a nivel global. Se calcula que existen 500 mil pacientes con Alzheimer en la Argentina y cerca de 40 millones en el mundo. Según la Asociación de Alzheimer (alz.org) con sede en Estados Unidos, se estima que en el mundo el costo social de la demencia en 2015 fue de 818 mil millones de dólares y la cifra aumentará significativamente en el futuro, particularmente en países de mediano y bajo ingreso.
“Es preciso redoblar el esfuerzo de transferir los hallazgos de ciencia básica y convertirlos en diagnósticos y tratamientos más efectivos que no sólo mejoren la calidad de vida de millones de personas, sino que también puedan generar ahorros en las políticas de salud a nivel nacional y mundial”, destacó Prados.
Por ahora, no existen métodos de diagnóstico temprano ni tratamientos efectivos para prevenir, detener o enlentecer su progresión. Y si bien no hay aún estrategias probadas para prevenir la enfermedad de Alzheimer, el registro ClinicalTrials.gov, un servicio del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, indica que en la actualidad hay medio centenar de trabajos de investigación en marcha que apuntan hacia ese objetivo.