De acuerdo a científicos de la UBA y del Conicet, los crustáceos podrían inspirar en el futuro el diseño de sensores para prevenir colisiones y otras aplicaciones.
(07/11/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un equipo de investigadores argentinos logró crear un modelo matemático que predice con precisión la velocidad de los movimientos que ejecutan los cangrejos a partir de la información visual relacionada con el tamaño y las diferentes velocidades de acercamiento de los predadores u objetos amenazantes.
La idea, en el futuro, es “fabricar dispositivos artificiales de control que puedan emular la eficiencia con la que operan los organismos vivos en base a diseños desarrollados durante millones de años de exitosa adaptación”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir el líder del avance, el doctor Daniel Tomsic, investigador del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), que depende de la UBA y del CONICET. Por ejemplo, sensores electrónicos más eficaces para prevenir colisiones entre vehículos.
El grupo de Tomsic investiga los comportamientos motores guiados visualmente en el cangrejo granuloso, del barro o cavador, Neohelice granulata, un crustáceo que habita costas y estuarios atlánticos desde Río de Janeiro hasta la Península Valdez y cuyo predador más habitual es la gaviota.
En estudios anteriores, Tomsic y su equipo habían identificado las neuronas cerebrales encargadas de ajustar la velocidad de la carrera de escape de los cangrejos en función de la velocidad de expansión de la imagen percibida del objeto que se les acerca. Y luego investigaron los mecanismos biofísicos que permiten a esas células nerviosas convertir la información visual en el mensaje eléctrico enviado a los centros motores para controlar la velocidad de la huida.
Ahora, según publica “The Journal of Experimental Biology”, Tomsic y el doctor Damián Oliva, investigador del CONICET y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, expusieron a los cangrejos a una pantalla con imágenes de un objeto que se expande y simula la aproximación veloz de un predador. De este modo, pudieron incorporar el contenido de esa “amenaza” en un modelo matemático que predice la precipitación con la que el animal correría frente a objetos que se acercan con mayor o menor rapidez.
Las predicciones del modelo fueron corroboradas, luego, en experimentos con los cangrejos ubicados sobre especies de cintas caminadoras, indicaron los autores.