Los investigadores del Instituto Leloir bloquearon el gen SPARC en tumores de mama desarrollados en ratones y observaron que crecían mucho menos y no daban metástasis en pulmón. Para su sorpresa, la “firma genética” obtenida de ese modelo de laboratorio sirve para predecir la sobrevida en el 20% de las pacientes con cáncer de mama que tienen un subtipo agresivo de la enfermedad.
(18/01/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La revista “Molecular Cancer Research”, perteneciente al grupo de publicaciones de la influyente Asociación Americana para la Investigación en Cáncer, presenta un avance científico realizado en Argentina que tiene una doble implicancia: 1) demuestra la viabilidad de una estrategia para frenar la metástasis de cáncer de mama en modelos animales de investigación y 2) a partir de esos estudios en animales define un marcador pronóstico que podría ser empleado por oncólogos para predecir la evolución clínica de un subtipo muy agresivo del tumor, que afecta a una de cada cinco pacientes.
Del avance participaron 15 investigadores del Instituto Leloir (FIL), de la Universidad Católica de Córdoba, del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME) y del Hospital Eva Perón, en San Martín. “Nuestros resultados ayudan a entender los mecanismos por los cuales algunas células de cáncer de mama son más agresivas que otras”, señala el director del proyecto, el doctor Osvaldo Podhajcer, investigador superior del CONICET y jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la FIL.
Los investigadores demostraron que cuando las células malignas tienen “prendido” el gen SPARC, aumenta su capacidad para crecer y generar metástasis en pulmón. “SPARC le permite al tumor evadir la vigilancia del sistema inmune”, indica Podhajcer. “Además, tiene un efecto directo sobre la replicación celular y sobre la interacción de la célula maligna con el tejido pulmonar donde se va a establecer la célula maligna para generar las metastásis”, agrega.
Los investigadores “apagaron” el gen SPARC en células malignas mediante el uso de un virus modificado genéticamente y luego inyectaron esas células en la glándula mamaria de ratones. “Observamos que al inhibir ese gen, las células crecían más lento y no generaban metástasis”, subraya uno de los primeros autores del trabajo, Leandro Güttlein, becario doctoral del CONICET en el grupo de Podhajcer. La magnitud del efecto “nos causó gran sorpresa”, añade.
Para entender ese fenómeno, los científicos realizaron estudios de genómica funcional que consisten en medir el nivel de expresión de todos los genes del ratón (alrededor de 25 mil) tanto en los tumores como en las metástasis pulmonares. “Usamos técnicas bioinformáticas para interpretar esta gran cantidad de datos y finalmente pudimos entender los mecanismos moleculares a través de los cuales actúa SPARC en los tumores de mama”, puntualiza Podhajcer.
Y agrega: “A partir de estos resultados es posible imaginar nuevas estrategias terapéuticas que frenen el proceso de metástasis mediante la inhibición específica de la actividad de SPARC o de los genes asociados. En este sentido, ya comenzamos a combinar estos hallazgos con otros desarrollos del grupo para el diseño de terapias de avanzada”.
Base de datos de pacientes
En simultáneo, los investigadores también hicieron otro hallazgo que les llamó la atención y que confirma la utilidad de los modelos experimentales. Utilizando una base de datos pública, llamada GOBO, que contiene datos clínicos y moleculares de 1881 pacientes con cáncer de mama de todo el mundo, observaron que “tanto SPARC como los genes que regula en ratones, eran útiles para predecir la sobrevida de las pacientes con el subtipo HER2 de cáncer de mama”, puntualiza Podhajcer. En otras palabras, la “firma genética” obtenida de los estudios en animales de laboratorio es útil para predecir la evolución de la enfermedad en seres humanos.
El subtipo HER2 del cáncer de mama es muy agresivo y representa alrededor de un 20 por ciento de todos los casos. En la base de datos analizada, alrededor de 300 pacientes tenían ese subtipo y en todos había una actividad exagerada (“sobreexpresión”) del gen SPARC, lo que aporta otra evidencia sobre su rol clave en la metástasis.
De acuerdo con los autores, la información sobre la presencia o ausencia de la actividad de SPARC y genes asociados en tumores de mama constituye un marcador pronóstico. “Sería útil para predecir la evolución clínica (tiempo de sobrevida libre de enfermedad) de pacientes con cáncer de mama con tumores del tipo enriquecidos en HER2 y podría servir para elegir el tratamiento más apropiado en cada caso”, destaca.
En Argentina, como en la mayoría de los países del mundo, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres, con 5600 decesos por año. Se piensa que más del 90% de estas muertes son causadas por las metástasis, las cuales afectan al normal funcionamiento de órganos vitales y suelen ser resistentes a las terapias convencionales, afirma Podhajcer. “En este escenario, resulta esencial entender los mecanismos moleculares del proceso de metástasis para diseñar nuevas terapias efectivas. Nuestros resultados van en esa dirección”, concluye.
Además de los organismos estatales de ciencia y de la FIL, los trabajos del doctor Podhajcer y su equipo reciben el apoyo de la ONG AFULIC, de Río Cuarto, Córdoba.