El trabajo de los investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes apunta a tratar aguas y terrenos contaminados con compuestos organofosforados.
(25/01/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Investigadores argentinos presentaron una estrategia novedosa para descontaminar ecosistemas acuáticos y terrestres alterados por el uso de pesticidas que contienen compuestos organofosforados (OPs): utilizar bacterias para que los descompongan e inactiven.
De una colección de 110 bacterias no patogénicas, los científicos identificaron seis “que tienen la capacidad de degradar esos compuestos tóxicos con mayor rapidez que otros microorganismos anteriormente reportados en la literatura científica”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Adolfo Iribarren, investigador del CONICET en el Laboratorio de Biocatálisis y Biotransformaciones de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Las especies descriptas incluyen a Nocardia asteroides y Streptomyces setonii.
Los OPs se sintetizaron en Alemania como armas químicas durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, fueron integrándose en distintas fórmulas pesticidas. Su uso constante y excesivo genera la contaminación de tierras y cuerpos de agua, como así también intoxicaciones y hasta muerte en mamíferos.
A mediados del siglo XX tuvieron lugar las primeras investigaciones encaminadas a estudiar el potencial de los microorganismos para biodegradar contaminantes tóxicos, un proceso conocido como “biorremediación”. Sin embargo, había pocos antecedentes descriptos de bacterias no patológicas destinadas a actuar con buena velocidad sobre los OPs. El trabajo fue publicado en la revista “FEMS Microbiology Letters”.
El objetivo final del trabajo liderado por Iribarren es diseñar y fabricar un reactor continuo que contenga una columna en la que estén atrapadas las bacterias identificadas. “Funcionaría como purificador de aguas contaminadas con pesticidas que contienen OPs”, indicó. El reactor piloto podría estar listo durante el transcurso de este año y podría servir como un paso previo a su transferencia al mercado, anticipó.
Otros autores del estudio son los licenciados Julia Santillán y Lucas Dettorre, y la doctora Elizabeth Lewkowicz, todos de la UNQ. En tanto, el doctor Matías Nóbile, de la Plataforma de Servicios Biotecnológicos de la UNQ, trabajará en conjunto para el diseño del reactor.