En la literatura médica internacional hay más de 1.600 reportes de infecciones, alergias y otras complicaciones a corto y largo plazo, según informaron dos especialistas de Buenos Aires. “Si alguien se los va a hacer, la recomendación es que sean pequeños, de color negro y alejados de lunares”, alertaron.
(24/05/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Aunque su uso de remonta al año 5.000 a.C., los tatuajes “son muy populares, pero no tan inocentes”. Así alertaron en la revista “Skinmed” dos dermatólogos argentinos, quienes señalaron que en la literatura médica se publicaron más de 1.600 trabajos científicos que notifican sobre reacciones adversas o riesgos asociados a esta práctica.
Los efectos adversos “comprenden complicaciones locales y a distancia producidas por los distintos tipos de pigmentos”, indicaron a la Agencia CyTA-Leloir los doctores Hugo Cabrera, ex jefe de servicio y fundador del Servicio de Dermatología del Hospital Posadas, y la doctora María Daniela Hermida, dermatóloga de planta del CEMIC.
Aunque cualquier tatuaje puede producir una complicación, “aquellos realizados con pigmentos rojos o azules, que habitualmente contienen derivados mercuriales, son los que tienen mayores chances de presentarla”, puntualizó Hermida. “La piel reacciona a estos colores y produce lesiones como granulomas, pseudolinfomas o reacciones liquenoides que representan formas muy específicas de alergia”. El problema subsistirá mientras el pigmento se encuentre presente.
El procedimiento también se ha asociado con infecciones por bacterias y hongos, indicaron Cabrera y Hermida. Y advirtieron que “el 60% de los colorantes orgánicos son azocompuestos clasificados como carcinogénicos, del mismo modo que las sales metálicas de mercurio, cobalto, el carbón y el cadmio”. Los pigmentos no quedan necesariamente localizados, sino que pueden migrar. En el último congreso anual de la Academia Americana de Dermatología, en Orlando, Estados Unidos, un panel de expertos en láser coincidió en desalentar la remoción de tatuajes a embarazadas por la posibilidad de diseminación de algunos de esos pigmentos.
“Como dermatóloga, mi recomendación es que se eviten los tatuajes”, precisó Hermida. “Pero si alguien va a realizarlo de todas formas, le aconsejaría que sea lo más pequeño posible, en color negro y nunca arriba o cerca de un lunar, dado que dificultan su estudio y control [para la prevención del melanoma]”, puntualizó Hermida.
De acuerdo a los dermatólogos, la actividad de los tatuadores debería ser regulada o estandarizada a nivel nacional, tal como hacen países como Suecia y Dinamarca.