Más de 2300 visitantes recorrieron el Instituto Leloir, uno de los centros de investigación que también abrieron sus puertas.
(06/11/2017 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. De los 260 espacios que ofreció la Noche de los Museos en Buenos Aires, desde las 20 del sábado pasado hasta las 3 de la madrugada del domingo, hubo varios destinados a un público interesado en el quehacer científico.
Uno de ellos fue la Fundación Instituto Leloir (FIL), institución liderada durante más de cuatro décadas por el Nobel de Química Luis Federico Leloir. En esta edición, la FIL superó los 2300 visitantes, una cifra que superó los 1.800 del año pasado, los 1200 de 2015 y los 800 de 2014.
“La Noche de los Museos plasmó la motivación y espíritu de grupo que une a todos los integrantes del Instituto Leloir”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir Soledad Mac Keon, una de las coordinadoras generales de la FIL en la Noche de los Museos y becaria posdoctoral del CONICET en el Laboratorio de Cancerología que lidera el doctor José Mordoh.
“Tuvimos un gran flujo de personas, incluyendo muchos chicos y adolescentes con ganas de aprender, que vinieron a visitarnos y confirmaron su apoyo a la ciencia. ¡Y nos divertimos en el proceso!”, agregó.
Para grandes y chicos
En espacios interactivos, los investigadores de la FIL expusieron resultados de experimentos, hitos recientes y mostraciones científicas. Los visitantes pudieron conocer de una manera accesible las áreas temáticas que se trabajan en sus diferentes laboratorios: neurobiología; microbiología y enfermedades infecciosas; biología celular, estructural, de plantas, del desarrollo y del cáncer; bioquímica y bioinformática.
En el auditorio, investigadores de la casa expusieron sobre temas tan diversos como la forma en que se las “arregla” el cerebro para guardar los recuerdos, el reloj biológico desde la perspectiva de las moscas, la relación de la biología con las redes sociales, la pelea de los virus contra el cáncer, la manera en que las plantas escapan de la sombra y la importancia de la inversión en ciencia para el siglo XXI.
En otro espacio, el doctor Luis Quesada Allué, jefe del Laboratorio de Bioquímica y Biología Molecular del Desarrollo de la FIL, condujo su ya clásica “mesa de perfil personal del gusto”: un enfoque lúdico y riguroso para comparar el patrón personal de ese sentido y compararlo con el de resto de los habitantes de la ciudad. “Este año hubo mucha más gente que quiso conocer la base genética de este perfil”, tuiteó el investigador.
También se desplegó una muestra visual titulada “El Camino de Leloir”, que recorre los diferentes hallazgos que lo llevaron al Nobel y explican así la base bioquímica de la galactosemia y otras enfermedades congénitas. Y la muestra “Divulgación de la Ciencia” expuso la historia del programa de comunicación pública inaugurado en 1985 por el doctor Enrique Belocopitow.
Hubo también una exposición de fotografías y videos obtenidas por científicos del Instituto en el marco de sus trabajos de investigación, un stand del sitio “El Gato y la Caja” y una muestra de acrílicos titulada “Reacciones químicas II” de la artista Liliana Morón Kavanagh.
“La participación de la FIL en la Noche de los Museos 2017 fue realmente un éxito. Y una oportunidad para contarle a los ciudadanos quiénes somos y qué hacemos”, subrayó la doctora Ángeles Zorreguieta, directora de la institución. Y agregó: “Nuestros laboratorios buscan comprender y desarrollar herramientas para curar enfermedades como cáncer, patologías neurodegenerativas e infecciosas, o procuran aportar soluciones al agro desde el conocimiento en biología vegetal. Para poder darle continuidad a nuestro trabajo, es importante lograr el apoyo público y privado”.
El libro de visitas refleja el entusiasmo y el reconocimiento de los participantes. “Sumamente interesante y muy claro para quienes somos ajenos al mundo de la ciencia”, escribió Nora. Analía agradeció “la pasión con que nos explicaban cada tema”. Y Emi y Andrés alentaron: “Sigan así, nosotros apoyamos a la ciencia”.
De la Noche de los Museos también participaron otras instituciones vinculadas con la investigación científica, como la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, el Museo Argentino de Ciencias Naturales ¨Bernardino Rivadavia¨ y el Centro Cultural de la Ciencia (C3).