Con el uso de un microorganismo beneficioso, científicos de Rosario lograron bloquear el primer paso en la infección por patógenos productores de septicemias, cardiopatías, cólera y otras enfermedades.
(05/01/2018 – Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Científicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) comprobaron que una cepa de bacterias beneficiosas o “probióticas”, la misma que en modelos animales previos probó extender la longevidad, también tiene la capacidad de prevenir la infección de patógenos que causan cardiopatías, diarreas, septicemias, síndrome urémico hemolítico y otras enfermedades de relevancia clínica.
La bacteria es Bacillus subtilis: un microorganismo de presencia habitual en el suelo y el tracto digestivo de rumiantes y humanos. Y que, según los investigadores, podría añadirse a alimentos tales como la yerba, las barritas de cereales y los alfajores para mejorar la resistencia de los consumidores a esas patologías y otras que podrían estar vinculadas a desajustes de la flora intestinal (microbioma).
En un flamante estudio sobre cultivos celulares humanos y bovinos, el equipo liderado por el doctor Roberto Grau, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, demostró que la cepa examinada puede “pegarse” a las membranas de las células e impedir así la adherencia de bacterias patógenas, el paso previo para infectar su interior. Algunos de los microorganismos sobre los que tiene acción son Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli y el vibrión colérico. Los científicos también identificaron a los genes que regulan esta capacidad y los factores que los activan o inhiben.
“Ahora faltaría realizar ensayos clínicos para demostrar la seguridad y eficacia del enfoque”, afirmó Grau a la Agencia CyTA-Leloir.
A la luz de los resultados obtenidos, Grau puntualizó que las bacterias Bacillus subtilis podrían ser incorporadas en muchos tipos de comidas y bebidas “funcionales”. “Inclusive, podría pensarse como una alternativa para prevenir el desarrollo de Parkinson y Alzheimer, enfermedades que posiblemente tengan –entre otras causas- un origen en el desbalance de la flora intestinal”, dijo Grau quien también es investigador del CONICET.
Años atrás, en el marco de un convenio de intercambio científico con la India, Grau y sus colegas participaron en el desarrollo de gachas (bebida espesa caliente que se suele tomar en el desayuno) con Bacillus subtilis y otro organismo probiótico. El producto está en proceso de ser patentado en el país asiático como una herramienta para contribuir a prevenir el cólera.
Ahora, los científicos de Rosario pretenden enriquecer con la misma bacteria a la yerba mate y otros alimentos de consumo habitual en Argentina. “Estamos en una fase de ensayos y trámites. Y creemos que podría materializarse para antes de la próxima primavera”, anticipó Grau. Y concluyó: “Este trabajo muestra cómo una investigación básica de índole molecular puede dar origen a una aplicación práctica para mejorar la salud de la población”.
Del trabajo – publicado en “Molecular Microbiology” (revista número uno a nivel internacional en Microbiología) – también participaron Facundo Rodríguez Ayala, Carlos Bauman, Marco Bartolini, Ester Saball, Marcela Salvarrey, Cecilia Lenini y Sebastián Cogliati, de la UNR, y Mark Strauch, de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos. Y contó con el apoyo del CONICET, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la UNR y otras instituciones.