Los investigadores del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, comprobaron que una bacteria productora de vitamina B2 previene la mucositis intestinal, un proceso inflamatorio asociado a los tratamientos contra el cáncer (radiación o la quimioterapia) y que afecta la continuidad de la terapia.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir. Por Bruno Geller)-. Alimentos que contienen suplementos basadas en bacterias probióticas podrían servir para prevenir la mucositis intestinal, un proceso inflamatorio asociado a los tratamientos contra el cáncer (radiación o la quimioterapia) y que afecta la continuidad de la terapia. Así lo sugiere un estudio realizado por investigadores del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) de Tucumán, dependiente del CONICET.
Dentro del marco de la tesis doctoral de la licenciada en Biotecnología Romina Levit – bajo la dirección de los doctores Jean Guy LeBlanc y Alejandra de Moreno y con la colaboración de la doctora Graciela Savoy – se demostró que una bacteria láctica, Lactobacillus plantarum CRL 2130, puede prevenir la mucositis en ratones que recibieron una droga quimioterapéutica (anti-cáncer).
“Esta bacteria produce riboflavina (vitamina B2) cuya actividad previno un efecto secundario importante de la quimioterapia sin afectar el tratamiento primario. Eso es muy importante ya que este microorganismo podría permitir prolongar los tratamientos anti-cancerígenos y ayudar a prevenir la deficiencia de dicha vitamina que es común en esos pacientes, mejorando así su calidad de vida”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor LeBlanc, Investigador Principal del CONICET.
La vitamina B2 es muy importante para la salud ya que participa en los procesos de respiración celular, desintoxicación hepática, y mantenimiento de la envoltura de los nervios, entre otros beneficios. Las bacterias lácticas provienen de diferentes nichos ecológicos, como productos fermentados, leches, vegetales y están presentes en humanos y otros animales. En este nuevo estudio los investigadores del CERELA emplearon una cepa Lactobacillus plantarum CRL 2130aislada del bagazo de la caña de azúcar.
Tal como describe la revista “Nutrition”, los investigadores tucumanos realizaron estudios en animales (ratones) que recibían una quimioterapia convencional. Un grupo se alimentó con bacterias productoras de la vitamina B2 y otro grupo con la misma bacteria que no produce esa vitamina. Los animales que recibieron la cepa productora de riboflavina mostraron menores grados de cambios morfológicos en el tejido intestinal, tenían menos diarreas y tenían un estado inflamatorio reducido.
Los autores del estudio comprobaron que la administración de la bacteria productora de riboflavina no interfería en el efecto anti-tumoral de la droga. Así lo observaron a través de estudios in vitro con una línea celular comercial de cáncer intestinal y en modelos animales.
Los científicos del CERELA planean ampliar el conocimiento de los mecanismos de acción de esas bacterias en ensayos de laboratorio y usando otros modelos animales. “Consideramos también la posibilidad de evaluar mezclas de bacterias beneficiosas con diferentes mecanismos de acción. Para transferir este conocimiento, necesitamos realizar estudios de escalamiento para producir las bacterias en cantidades, con medios económicos, pero que permitan mantener sus propiedades benéficas antes de poder ofrecerlas a alguna empresa interesada en venderlas como suplementos dietarios destinados a poblaciones bajo tratamientos anti-cancerígenos”, destacó LeBlanc.