Un taller organizado por el Instituto de las Américas en la Fundación Leloir busca profundizar en métodos interdisciplinarios y en el aprendizaje basado en proyectos, entre otras estrategias pedagógicas, para “enganchar” a los estudiantes.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir. Por Matías Loewy)-. Veinte docentes de escuelas de enseñanza media de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires participaron durante una semana de un taller en la Fundación Leloir con un objetivo ambicioso: conocer o profundizar en métodos de enseñanza fácilmente aplicables que alienten e inspiren a los estudiantes a ser la próxima generación de investigadores. El programa fue organizado por el Instituto de las Américas y la Fundación Amgen, ambos con sede en California, Estados Unidos, y es la primera vez que se realiza en la Argentina (la tercera en la región).
“Esperamos ayudar a las futuras generaciones”, señaló Eva Sánchez Álvarez, profesora de ciencias y directora asistente del Programa STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) del Instituto de las Américas. “Este evento en Buenos Aires es sumamente importante porque contribuye a educar a estudiantes y docentes en materias que son claves para su éxito en un futuro liderado por la tecnología”, señaló en un comunicado de prensa el presidente de la organización, Theodore Gildred III, MBA en finanzas internacionales e hijo de un exembajador de Estados Unidos en Argentina.
Uno de los componentes clave de la capacitación, que en esta ocasión tuvo foco en la biología, la biotecnología y sus aplicaciones, fue la instrucción de nuevos métodos de enseñanza como estrategia didáctica, incluyendo el aprendizaje basado en proyectos y los métodos interdisciplinarios. El objetivo de estos enfoques “es relacionar (a los estudiantes) con la actividad científica y favorecer la comprensión de la complejidad del mundo en que vivimos”, apuntó una de las profesoras participantes, María Irene Corti. “El docente toma el control, pero el alumno es el protagonista”, añadió Carolina Suárez.
Otras sesiones del programa abordaron temas tales como los conflictos cognitivos como estrategia pedagógica, el uso de apps para la enseñanza de matemática y la importancia del pensamiento crítico. Los docentes también realizaron experiencias de laboratorio y procedimientos básicos de ingeniería genética, además desarrollaron sus propios proyectos grupales que presentaron ante un panel de jueces. Un científico de la Universidad de California en San Diego, el doctor Robert Pomeroy, brindó una exposición sobre cambio climático, aerosoles y nubes. Otras actividades teóricas abordaron la química y bioquímica, la robótica y el rol de la biotecnología para paliar el impacto ambiental.
“Me llevo la responsabilidad de que esta experiencia se puede replicar y que puede tener un impacto real en el aula”, sostuvo Darío Tuffilaro, otro de los participantes, quien también consideró esencial que los docentes comprendan y apliquen estas nuevas metodologías de enseñanza para “contagiar” el entusiasmo por las ciencias y cultivar vocaciones.
“Muchas veces, los alumnos preguntan para qué sirve lo que les enseñamos”, destacó Corti. “En el hacer está el significado”.
El plantel de instructores incluyó expertos de la región, como Gustavo Riestra, director de Cultura Científica de Uruguay, y Patricia Macedo, coordinadora del Departamento de Métodos Cuantitativos de la Fundación UADE, en Buenos Aires. Los docentes participantes también tuvieron ocasión de visitar laboratorios de la Fundación Leloir e interactuar con algunos de sus científicos.
La doctora Angeles Zorreguieta, directora de la Fundación Leloir, celebró que existan iniciativas que tengan como objetivo dotar a los docentes de nuevas herramientas para transmitir el pensamiento científico y enfoques experimentales a los estudiantes de primaria y secundaria. “Es una oportunidad para despertar vocaciones. Los docentes son fundamentales en este sentido. Encuestas recientes realizadas en nuestro país revelaron que su influencia en los alumnos y la lectura de libros son los principales impulsores de la vocación científica”, afirmó.