El estudio, del que participan investigadores del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, en Mendoza, también determinó las relaciones que El Niño y otros fenómenos climáticos tienen con los cursos de agua que corren en los Andes entre las latitudes 18° y 55°S (desde el límite entre Chile y Perú hasta el sur de Tierra del Fuego). La información es importante para entender los patrones recientes de sequías e inundaciones en esta enorme porción de los Andes.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Un estudio pionero en América del Sur, que inicialmente incluyó mediciones instrumentales de 1200 series de caudales de ríos de Argentina, Bolivia y Chile, logró identificar ocho grandes regiones donde esos caudales, que se originan en los Andes entre las latitudes 18° y 55°S, presentan variaciones y tendencias similares.
El estudio, del que participaron investigadores del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), en Mendoza, y colegas de Chile, Canadá y Estados Unidos, brinda una mayor comprensión de los ríos que sostienen numerosos ecosistemas y son esenciales para la vida y las actividades socioeconómicas de millones de personas que habitan en las tierras bajas adyacentes de esos tres países.
El trabajo, publicado en “Scientific Reports”, también revela que el fenómeno de El Niño en el Océano Pacífico tropical y otros fenómenos climáticos que influyen en la variabilidad de las precipitaciones y las temperaturas podrían servir cómo indicadores para predecir un porcentaje de las fluctuaciones de los caudales de las cuencas andinas.
“Los análisis nos permitieron identificar ocho regiones bien diferenciadas de los Andes donde los ríos muestran variaciones estacionales y temporales muy características. También pudimos determinar qué forzantes oceánicos-atmosféricos (incluyendo El Niño) modulan el escurrimiento a nivel regional”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir Mariano Masiokas, primer autor del estudio e investigador del IANIGLA, una unidad ejecutora que depende del CONICET, de la Universidad Nacional de Cuyo y del Gobierno de Mendoza.
De acuerdo con Ricardo Villalba, uno de los autores del estudio e investigador del IANIGLA, “mejorar nuestro conocimiento de las relaciones entre las variaciones en los forzantes climáticos y el caudal de los ríos es importante para el diseño de políticas públicas asociadas con la provisión de agua para el uso doméstico, el riego de áreas de cultivo y la prevención de riesgos asociados a eventos hidrológicos extremos, como sequías o inundaciones”.
Así, por ejemplo, los eventos de El Niño pueden pronosticarse hasta con seis meses de anticipación y, dada su relación con los caudales andinos, “prever la ocurrencia de situaciones hidrológicas desfavorables y tomar medidas con antelación para mitigar sus impactos”, dijo Villalba.
Resultados principales
El estudio internacional, que contó con la participación de los científicos de Mendoza, comprobó que en el centro-oeste de Argentina, el noroeste de la Patagonia, y la región central y el Norte Chico de Chile, los caudales de los ríos muestran tendencias negativas bastante marcadas que culminan en las severas sequías que vienen experimentando estas regiones desde 2009-2010.
En cambio, los caudales de los ríos del noroeste de Argentina y sur de Bolivia, así como los del sur de la Patagonia (río Santa Cruz) y Tierra del Fuego, muestran tendencias positivas, con niveles superiores a los valores promedios en las últimas décadas. “Estos aumentos se deben probablemente a un incremento de las precipitaciones en estas regiones y, en el caso del río Santa Cruz, a la gran cantidad de hielo que han perdido en las últimas décadas los numerosos glaciares que aportan a esta cuenca, incluyendo los famosos Perito Moreno, Upsala y Viedma”, puntualizó Villalba.
Los análisis también indican que el fenómeno de El Niño en el Océano Pacífico tropical puede ser utilizado para predecir entre el 20 y 45% de las variaciones observadas en los caudales de las cuencas andinas ubicadas entre las latitudes 28° y 46°S (una franja que abarca desde Catamarca y la Rioja hasta el límite entre Chubut y Santa Cruz).