Cada año, el consumo de tabaco causa aproximadamente cinco millones de muertes. Según la OMS, en la Argentina, 40 mil personas mueren por enfermedades asociadas al tabaquismo. De ellas, 6 mil son fumadoras pasivos. Por el impacto, ese organismo internacional insiste en que el consumo de tabaco debe ser una prioridad en las políticas de salud pública.
(08/08/08- Agencia CyTA-Instituto Leloir) – En la actualidad, el consumo de tabaco provoca cerca de 5 millones de muertes por año en el mundo. De mantenerse las pautas actuales de tabaquismo, el consumo de tabaco provocará unos 10 millones de defunciones por año para 2020. La mitad de las personas que en la actualidad fuman; o sea, unos 650 millones de personas, morirán a causa del tabaco, informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la Argentina, 40 mil personas mueren por enfermedades asociadas al tabaquismo. Seis mil de ellas son fumadoras pasivas, indica ese organismo internacional. Esas y otras cifras alarmantes hacen que la OMS considere al consumo de tabaco como un asunto de prioridad de salud pública a nivel mundial.
Entre los factores de riesgo de enfermedad más comunes en todo el mundo, el tabaco ocupa el cuarto lugar. Además de los elevados gastos de salud pública relacionados con el tratamiento de complicaciones causadas por el tabaco, esa adicción mata a muchas personas que están en la cúspide de su vida productiva, lo que priva a las familias de su sustento y a las naciones de una fuerza de trabajo sana.
Además, los consumidores de tabaco son menos productivos durante su vida debido a su mayor vulnerabilidad a las enfermedades. Un informe de 1994 estimaba que el consumo de tabaco ocasionaba anualmente, una pérdida neta mundial de 200 mil millones de dólares, y que un tercio de esas pérdidas se registraban en países en desarrollo, señala la OMS.
La experiencia ha demostrado que existen numerosas medidas para el control del tabaco que pueden aplicarse en diferentes contextos y lograr efectos significativos para reducir el hábito de fumar. Algunas de las estrategias son las políticas públicas dirigidas a la población en general; por ejemplo: prohibiciones de la publicidad directa e indirecta del tabaco; aumentos de impuestos y precios de productos de tabaco; creación de espacios sin humo en todos los lugares públicos y lugares de trabajo; y mensajes sanitarios bien visibles y claros en los paquetes de tabaco.
Todas esas medidas figuran en las disposiciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco que la Argentina todavía no ha ratificado.