Así lo afirma Silvia Goyanes, investigadora del CONICET y de la UBA, una de las líderes del desarrollo del “súper barbijo” Atom-Protect. Con su grupo también ha innovado en tecnologías para la remoción de hidrocarburos, limpieza de agua y envases biodegradables.
(Agencia CyTA-Leloir)-. “Nuestros expertos pueden ayudarle con su negocio”, informa en su página principal el Departamento de Física de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y muestra los servicios que tiene para empresas interesadas en innovar. La página del laboratorio de Silvia Goyanes, física de la UBA y una de los líderes del desarrollo del efectivo “súper barbijo” Atom-Protect, muestra también una importante variedad de aplicaciones que sus investigaciones pueden tener.
“A diferencia de lo que ocurre en otros países, en Argentina la interacción entre físicos y científicos en general con la industria no es muy común”, afirmó Goyanes, investigadora superior del CONICET en el Departamento de Física (DF) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, durante el seminario Cardini del Instituto Leloir que tuvo lugar de manera virtual.
Goyanes explicó que se especializa en física de materiales y que sus líneas de investigación pueden tener aplicaciones en el desarrollo de envases biodegradables, de telas inteligentes o materiales para la remoción de hidrocarburos y otros contaminantes.
“La posibilidad de que los físicos hagamos ciencia con aplicación directa a la industria es algo que todavía hay que explicar”, afirmó Goyanes,
Goyanes y los integrantes de su Laboratorio de Polímeros & Materiales Compuestos se hicieron conocidos un par de meses atrás cuando, junto a Roberto Candal y su grupo de la UNSAM, desarrollaron el “Atom-Protect”: un novedoso barbijo de uso social con telas dotadas de activos antivirales que inhiben al coronavirus en cinco minutos, además de bactericidas y fungicidas autosanitizantes.
El barbijo, producido de manera masiva por una pyme textil de La Matanza, es lavable con agua y jabón, y absorbe la humedad por respiración, habla y tos. “Después de quince lavados sigue teniendo actividad antiviral y bactericida, por eso su efectividad es comparable a la de quince barbijos descartables”, afirmó Goyanes.
La rápida respuesta del laboratorio de Goyanes para contribuir con el control de la pandemia es resultado de una vasta experiencia en el desarrollo de nanomateriales dotados de nuevas propiedades y de transferencia de tecnología a la industria. Su grupo cuenta con numerosas patentes internacionales y más de 100 publicaciones científicas.
Goyanes ganó en 2018 el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en la categoría “Ciencias de la materia” por haber desarrollado un material con membranas nanofibrosas para la remoción de contaminantes en agua dulce.
Su grupo ha desarrollado materiales para el tratamiento de aguas contaminadas con arsénico, de modo tal de mejorar el acceso a agua potable segura. “Un porcentaje importante de la población de nuestro país vive en zonas con altas concentraciones de arsénico en aguas subterráneas, un elemento químico peligroso para la salud”, indicó Goyanes.
Su laboratorio también creó PAbs 50, un paño para la remoción selectiva de hidrocarburos en agua y cuyo desarrollo recibió un premio INNOVAR 2017 en la categoría “Producto y Diseño Innovador”. “Esta tecnología podría servir para el tratamiento de derrames”, explicó Goyanes.
Asimismo, Goyanes y su equipo han desarrollado bolsas biodegradables y “compostables” (que se convierten en compost o abono), así como también films biodegradables en base a almidón que pueden ser útiles para la fabricación de envases o recubrimientos de alimentos como frutas, hortalizas y carnes. Esta línea de investigación, que puede ayudar a reducir la contaminación ambiental que genera la industria alimenticia, fue elegido en 2010 por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como el “Mejor Proyecto” en el área de productos y servicios de los “Premios Iberoamericanos a la Innovación y el Emprendimiento”, y fue también distinguida con un premio del Mercosur en 2011 y de UBATEC 2016.
Otro de sus desarrollos es la SmartCeta, una maceta activa biodegradable, compostable y de bajo costo hecha a base de almidón y polímeros.
En la actualidad, “también estamos desarrollando telas resistentes al ácido para trajes de bomberos. Y tenemos planificado un nuevo desarrollo de polímeros con acción bactericida para el desarrollo de muebles”, señaló Goyanes. Y concluyó: “La alegría de los becarios, el alma de todo desarrollo, y la pasión que genera en ellos ver cómo sus desarrollos se transforman en productos que llegan a la gente es algo único. A su vez ver cómo la gente valora, agradece y en muchos casos se sorprende de las cosas que hacemos, es lo que alimenta el corazón y nos motiva a ir para adelante.”