Investigadores del Instituto Leloir y del CONICET lograron desarrollar un sistema para producir la proteína que protege el genoma del nuevo coronavirus, la nucleoproteína N, la base de los nuevos kits importados que detectan la presencia del virus en solo 15 minutos. También podrá ser utilizada en el desarrollo de antivirales, vacunas y pruebas serológicas complementarias.
(Agencia CyTA-Leloir)-. La nucleoproteína o nucleocápside (N), encargada de proteger el genoma del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), es el blanco de los nuevos test rápidos de antígenos a través de hisopados y basados en tiras reactivas semejantes a los test de embarazo. Un equipo de científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del CONICET logró desarrollar un sistema de producción de esa proteína, incluyendo formas con propiedades diferentes, fundamentales a la hora de entender su capacidad inmunogénica e indispensable para desarrollar herramientas para las diversas instancias de intervención diagnóstica, vacunal y terapéutica.
“En el virus real, la proteína se encuentra unida al genoma de ARN del virus, apuntamos a formas de la proteína que imiten su estado natural”, señala Gonzalo de Prat Gay, director del proyecto y jefe del Laboratorio de Estructura-Función e Ingeniería de Proteínas de la FIL.
Este tipo de metodología de test, que puede arrojar resultados en 15 minutos, complementa la técnica de PCR de referencia, resulta de bajo costo por no requerir equipamiento ni instalaciones, y ayuda a la identificación oportuna de casos en la llamada “nueva normalidad”. Estos test no requieren amplificar secuencias genéticas del virus (“PCR”), sino que revelan directamente la presencia del virus a través de su nucleoproteína.
“A través de métodos de ingeniería genética, conseguimos producir la nucleoproteína de SARS-CoV-2 en cantidad y alta pureza. El hecho de que sea mucho más abundante que la proteína ‘spike’ en el virus, implica que las pruebas orientadas a detectarlo puedan ser de mayor sensibilidad”, afirma Prat-Gay, quien añade que su equipo también está involucrado en la producción de anticuerpos monoclonales específicos para el desarrollo de kits de este tipo.
El laboratorio de Prat Gay está actualmente buscando socios estratégicos en el país y la región con la experiencia en tecnología de tiras reactivas y llevarlo al mercado. “Con fondos específicos, socios y la participación de empresas dedicadas al desarrollo de kits comerciales, nuestro país podría fabricar este tipo de test, de bajo costo y ejecutable fuera del ambiente hospitalario”, indica.
Otras aplicaciones
El logro del grupo de Prat Gay sienta a su vez las bases para un amplio número de aplicaciones.
Hasta la fecha, la proteína “spike” ha sido el objeto de estudio y desarrollo de los test que detectan anticuerpos y la totalidad de las vacunas en ensayos clínicos. “Sin embargo, es importante estudiar e incluir además a la nucleoproteína si se quiere obtener un perfil inmunológico más completo de los pacientes y desarrollar estrategias preventivas y terapéuticas más efectivas”, puntualiza Prat Gay, Investigador Superior del CONICET.
La incorporación de la nucleoproteína del nuevo coronavirus aumenta la sensibilidad y especificidad de los métodos serológicos actuales según indican publicaciones de centros de investigación de prestigio como el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Las herramientas que surjan de nuestro proyecto podrían tener valor pronóstico y optimizar el manejo clínico de la enfermedad”, asegura Prat Gay. Así, se ha demostrado que pacientes con COVID-19 con más respuesta inmunológica contra la nucleoproteína tienen peor pronóstico. Así lo indica, por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Harvard publicado en la revista “Immunity”.
Por otra parte, dada su función esencial en el ciclo de vida del virus, la nucleoproteína es un blanco terapéutico, para lo cual el grupo de Prat Gay interactuará con grupos especialistas en la búsqueda y/o desarrollo de compuestos antivirales en el país. “Para conseguir este objetivo, resulta fundamental conocer el comportamiento biofísico, estructura y química de esa proteína”, explica Prat Gay.
Además, existe evidencia de que las vacunas en desarrollo contra la proteína “spike” pueden ser insuficientes a largo plazo, y esto se podría mejorar agregando nucleoproteína a las formulaciones. “Nuestro grupo espera colaborar con grupos nacionales que estén avanzando en esta dirección”, destaca el investigador.
“El sistema científico argentino ha demostrado una capacidad de respuesta notable durante la pandemia. Lo que sigue es poder proveer tecnología de segunda generación con el foco en una sintonía fina post-pandemia, generando herramientas adicionales y de alta sensibilidad, apuntando al ahorro de recursos y aprovechando las capacidades científicas y tecnológicas del país”, concluye.
Los integrantes del grupo de Prat Gay que participan de este proyecto son Araceli Visentin, Ramón Peralta Martínez, Gabriela Camporeale y Silvina Borkosky.