Encelado, la luna helada que orbita alrededor de Saturno, despide calor desde su polo sur. Un equipo de investigadores de la NASA parece haber dilucidado el extraño fenómeno: sometida a los vaivenes del señor de los anillos, la lunita habría hecho una pirueta para reacomodar su masa.
(22/06/06 – CyTA – Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Un reciente trabajo de investigadores de la NASA parece poner fin al misterio que encerraba Encelado, la luna de Saturno. Hace poco, la sonda Cassini había observado en este mundo de hielo fuentes termales intermitentes (conocidas como géisers) que lanzaban chorros desde el polo sur, es decir actividad calórica en una latitud equivalente a la Antártida.
“El misterio que teníamos que explicar era cómo un punto caliente puede situarse en un polo si no ha comenzado allí”, explica Francis Nimmo, profesor auxiliar de Ciencias Terrestres de la Universidad de California, en un comunicado de prensa de la agencia espacial estadounidense.
El equipo de científicos, que trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, llegó a la conclusión de que Encelado cambió su eje de rotación, en respuesta a una redistribución de su masa.
Los cuerpos que rotan, como los planetas y las lunas, son estables si gran parte de su masa está cerca del ecuador. La hipótesis de los investigadores es que una acumulación de baja densidad debajo de la superficie de Encelado pudo causar inestabilidad provocando que girara hasta unos 30 grados para situar esa acumulación en el polo.
Haciendo una analogía con el bowling, Robert Pappalardo, coautor de la investigación, explicó: “Cuando en este juego una bola entra a girar, tiende a rotar hasta poner los agujeros (los ejes con menor masa) verticalmente a lo largo del eje de giro. Del mismo modo, Encelado habría rotado para situar la porción de la luna con menos densidad a lo largo de su eje de giro vertical”.
El calor de Encelado, generador de las fracturas y géisers observados, puede deberse a su órbita alrededor de Saturno. “La luna es agitada y amasada por las fuerzas de marea de Saturno, y esa energía mecánica es transformada en calor en su interior”, concluyó Pappalardo.