(26/05/06 – CyTA – Instituto Leloir) – Un equipo de investigadores del Departamento de Neurobiología del prestigioso Instituto Weizmann, de Israel, descubrió el mecanismo cerebral que permite a las ratas orientarse en el espacio, según informa en un comunicado de prensa el propio instituto.
Hasta ahora, los científicos sabían que los roedores usan sus bigotes para localizar e identificar objetos. Gracias a la combinación de movimiento y tacto, las pequeñas “antenas” de estos animales envían señales al cerebro, que su organismo utiliza para reaccionar frente a los estímulos del entorno. Lo que no tenían claro los investigadores era cómo hace el cerebro de las ratas para decodificar esas señales.
Chunxiu Yu, Dori Derdikman y Sebastián Haidarliu, del Weizmann, estudiaron el tema y llegaron a la conclusión de que las señales viajan desde los bigotes hacia tres regiones distintas del tálamo –una importante puerta de entrada del cerebro– a través de tres vías separadas. La primera conduce señales vinculadas con el movimiento del bigote; la segunda, datos táctiles que informan dónde está el objeto y la tercera, combinaciones complejas de señales táctiles y motoras, que indican de qué objeto se trata.
Según los investigadores, las tres vías forman parte de tres “bucles” de retroalimentación paralelos. Estos dispositivos controlan diversos aspectos del movimiento, monitoreando de manera continua las señales que reciben y adecuando las respuestas en consecuencia (de la misma manera que un termostato regula la temperatura a partir de la información que capta).
Los autores explican que las tres vías trabajan en paralelo en diferentes niveles jerárquicos del cerebro para producir nuevos comportamientos: los niveles más complejos, vinculados con la identificación del objeto, se asientan sobre niveles más básicos, ligados al movimiento y el tacto.