Emilio Kropff, jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro de la Fundación Instituto Leloir, reflexionó sobre los aportes del británico Geoffrey Hinton y el estadounidense John Hopfield, reconocidos por la Academia sueca por haber utilizado herramientas de la física para sentar las bases del poderoso aprendizaje automático (machine learning) actual.

(Agencia CyTA-Leloir).- Según la Academia de Ciencias de Suecia, el aprendizaje automático (machine learning) basado en redes neuronales artificiales está revolucionando la ciencia, la ingeniería y la vida cotidiana. Por eso, este año decidió otorgarle el Premio Nobel de Física al científico británico Geoffrey Hinton y al estadounidense John Hopfield, quienes utilizaron herramientas de la física para sentar las bases de lo que constituye el corazón que impulsa la inteligencia artificial (IA) en la actualidad.

El año pasado, Hinton, que trabaja en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Toronto, Canadá, se convirtió en noticia luego de abandonar su trabajo en Google, empresa a la que ayudó a desarrollar su propia IA. Se fue, dijo entonces, “para poder hablar sobre los peligros de la IA sin considerar cómo afecta esto a Google”.

En el siguiente video, el investigador del CONICET Emilio Kropff, jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro de la Fundación Instituto Leloir (FIL), explicó la importancia del aporte de ambos científicos premiados. En su trabajo cotidiano, Kropff usa las redes de atractores creadas por Hopfield para modelar la memoria en el cerebro y poder entender, entre otras cosas, cómo se generan memorias nuevas de manera permanente.

“El premio Nobel de Física de este año fue para dos personas que representan una buena parte de la historia de lo que hoy conocemos como inteligencia artificial”, resumió Kropff. Y concluyó: “Reconoce las décadas de avance que tuvo la IA y lo que está revolución va a significar para la humanidad”.