Con propuestas para despertar la curiosidad de grandes y chicos, el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Planetario de Buenos Aires, el C3, la Fundación Instituto Leloir, la Asociación Argentina Amigos de la Astronomía y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, entre otros, recibieron miles de visitantes ávidos por aprender y conocer de cerca a los científicos.
(Agencia CyTA-Leloir).-A contramano del discurso anticientífico que se fogoneó este año, el público volvió a demostrar que el interés por la ciencia sigue vivito y coleando. Y que el esfuerzo de instituciones vinculadas al sector para participar de la última edición de La Noche de los Museos en la Ciudad de Buenos Aires valió la pena: decenas de miles de personas se acercaron con entusiasmo e incluso hicieron largas filas para poder disfrutar de las distintas propuestas preparadas especialmente para la ocasión.
Unos 10 mil visitantes dijeron presente en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, que sumó ocho mesas científicas al recorrido habitual por sus salas, de manera que el público pudo aprender sobre las tareas de investigación que llevan a cabo los equipos de sus laboratorios durante todo el año. Las propuestas fueron: “Detectives de microplásticos” (a cargo de la División Limnología); “Explorando el pasado” (Área Paleontología); “Las adaptaciones de las plantas” (Laboratorio de Nutrición Vegetal y Micorrizas, Área Ecología); “Ni tan malos ni tan feos: increíbles anfibios y reptiles de Argentina” (División Herpetología); y “Derrumbando mitos y preconceptos: el verdadero y fascinante mundo de los arácnidos” (División Aracnología).
Cerca de allí, las puertas de la Fundación Instituto Leloir se abrieron para que grandes y chicos pudieran conocer de primera mano las distintas áreas sobre las que investigan sus 240 científicos. Entre otras actividades, tuvieron la oportunidad de escuchar ocho charlas de divulgación, realizar experimentos, recorrer siete stands que abordaron temas de los más diversos (“Sinapsis, más rápido que Internet”, “La doble cara de los microorganismos”, “Las plantas, conquistadoras del mundo”, “Más allá del microscopio, conociendo lo invisible”, “Detectando en colores, ensamblando descubrimientos”, “Por si las moscas” y “El desafío de copiar el ADN en un mundo caótico), y hasta posar vestidos de científicos. “Gracias por tanto esfuerzo y dedicación, son un orgullo nacional”; “Hoy aprendí mucho sobre plantas, el ADN y muchas cosas más”; “Gracias por despertar la curiosidad”, fueron algunos de los mensajes que dejaron los visitantes antes de irse.
Enfrente, quienes concurrieron a la Asociación Argentina Amigos de la Astronomía pudieron realizar observaciones por medio de telescopios, visitar la sala de experimentos ópticos y ver la muestra histórica en su biblioteca.
En el Planetario de Buenos Aires, más de 6.000 personas vivieron una experiencia inmersiva Full Dome, que mostró ciclos de construcción y destrucción en el universo y “estructuras majestuosas que marcan nuestra existencia”, combinando ciencia, arte y filosofía, mientras la Banda Sinfónica de la Ciudad interpretó al aire libre composiciones seleccionadas de Puccini y música de películas. Aprovechando ese escenario, y como había “muchísima gente”, la directora del Planetario, la doctora en Física y divulgadora Estefanía Coluccio, relató en su cuenta de X que respondió preguntas sobre materia oscura, partículas y el telescopio James Webb. Por su parte, Mariano Ribas, coordinador del área de Divulgación Científica, aclaró consultas sobre el sistema solar.
Además, el Centro Cultural de la Ciencia (C3), en el Polo Científico de Palermo, convocó a unos 4.000 visitantes. Uno de sus platos fuertes fue una exhibición sobre la historia de las misiones satelitales argentinas, con maquetas de las series SAC y SABIA-Mar y la participación de especialistas de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). También ofreció experiencias inmersivas con cascos de realidad virtual para visualizar fragmentos de entrevistas y el trabajo de campo de la comunidad científica en formato 360. Y se proyectó la película “El viaje a la Luna”, de 1902. También se invitó a conocer el universo de los hongos y se establecieron estaciones temáticas donde investigadoras e investigadores de institutos del CONICET abordaron interrogantes tales como: ¿Por qué dormimos?; ¿cómo funciona la fibra óptica?; ¿cómo llegan los medicamentos a tu botiquín? y ¿qué es y qué no es la inteligencia artificial?
La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en tanto, atrajo a unas 6.500 personas, que tuvieron la posibilidad pasar por distintas estaciones temáticas que abordaron desde la omnipresencia de la computación y la matemática “nudista” (teoría de nudos a través de teoremas y desafíos), hasta recreaciones de fenómenos atmosféricos y oceánicos, la química en el cine y estrategias para prevenir enfermedades transmitidas por mosquitos. Este año, la actividad se realizó en la sede de la Facultad de Ingeniería de la UBA.
“Gracias a todos/as los que se acercaron a conocer el trabajo que hacemos día a día para tener una educación pública de calidad”, señaló al finalizar la jornada el sitio oficial en X de la Facultad de Ciencias Exactas.