Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentra un grupo argentino, identificó una variante de un gen asociado con el lupus. El descubrimiento permitirá entender mejor las causas de la compleja enfermedad y abriría el camino para el desarrollo de terapias adaptadas a los patrones genéticos de cada tipo de paciente afectado por la dolencia.
(09/05/06 – CyTA – Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Científicos de Estados Unidos, Suecia, España y Argentina identificaron una variante del factor regulador de interferón 5 (FRI 5), un gen asociado con el lupus eritematoso sistémico, según un trabajo que acaban de publicar en la prestigiosa revista científica Nature Genetics.
El equipo de investigadores estudió muestras de ADN de personas de los distintos países participantes en busca de cambios en la secuencia del ADN de este gen y halló una variedad que se presentaba con mayor frecuencia en los pacientes con lupus que en los individuos sanos.
En sucesivos experimentos, los investigadores demostraron que este cambio en la secuencia del ADN alteraba, por sí solo, el modo en que se expresaba el gen en las células del sistema inmunitario. El gen identificado tiene por función activar una vía de la artillería de defensas utilizada por el organismo para combatir las infecciones. En las personas con lupus, esta vía permanece siempre activada, en lugar de “apagarse” cuando la infección está bajo control.
La variación genética que detectó el equipo es muy común: la mitad de las personas lleva en sus genes una copia de esta variante y una de cada cuatro porta dos copias. Sin embargo, no todos los que tienen la variante de este gen desarrollan el lupus.
“El descubrimiento de este equipo es muy importante, dado que describe un cambio en un gen bastante común, que cuando está presente se asocia íntimamente con el lupus. Este cambio genético no suele desencadenar de por sí la enfermedad, sino que lo hace si se expresa en forma simultánea con otros genes y en asociación con algunos desencadenantes ambientales”, explica el doctor Gary Gilkeson, profesor de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur, Estados Unidos, y asesor de Lupus Foundation of America, en un comunicado que dio a conocer esta reconocida organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de la compleja enfermedad en aquel país.
El equipo de especialistas que realizó la investigación y otros grupos de científicos ya habían observado que en muchos pacientes con lupus la vía del interferón está activada. Ahora, el nuevo trabajo ofrece una posible explicación genética para un hecho que se había constatado clínicamente, explica Gilkeson.
La genética del lupus es muy compleja: los científicos creen que están involucrados decenas de genes, que varían según los diferentes grupos étnicos y los diversos individuos afectados por la enfermedad. No hay sólo un gen del lupus, sino muchos genes que difieren de persona a persona. Las técnicas de monitoreo genético son cada vez más avanzadas y se espera que en el futuro se pueda determinar “la genética personal del lupus” de cada paciente y desarrollar terapias específicas para contrarrestar los desequilibrios inmunitarios que puedan ocurrir en las personas con diferentes patrones genéticos.
“Los tratamientos para combatir la enfermedad serán cada vez más personalizados, es decir, se adaptarán a la situación y el bagaje genético de cada individuo particular. Identificar qué sustancias transportan esta variante del gen puede ayudar a desarrollar el plan de tratamiento más eficaz para cada uno”, plantea el doctor Timothy Behrens, codirector del proyecto, del Centro de Inmunología de la Universidad de Minesota, en el comunicado de Lupus Foundation of America.
Para los autores del trabajo publicado en Nature Genetics, la investigación ayudará a desentrañar las causas subyacentes del lupus y orientar de aquí en más el estudio de su base genética. El lupus es una dolencia autoinmune causante de una inflamación sistémica que daña los tejidos de casi todos los órganos del cuerpo. Afecta principalmente a las mujeres y ciertos grupos étnicos, como los negros, los hispánicos, los aborígenes americanos y los asiáticos.
La participación argentina en el estudio
Para replicar la asociación del gen FRI 5 con el lupus, el equipo de investigadores estudió un total de 4.169 muestras de ADN de cuatro grupos de personas con y sin lupus provenientes de Estados Unidos, España, Suecia y Argentina. Todas las muestras fueron analizadas en el Laboratorio Rudbcek de la Universidad de Uppsala, en Suecia. En total, Argentina aportó 563 casos, recolectados por profesionales de 14 servicios de salud de las ciudades de Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Concordia y Mar del Plata.
El operativo local de toma de muestras, coordinado por el doctor Bernardo Pons-Estel (coautor del trabajo internacional) contribuyó al estudio de la base genética del lupus latinoamericano. Si bien en todas las poblaciones relevadas los investigadores encontraron una correlación significativa entre la existencia de la variante del gen FRI5 y la presencia de lupus, “la frecuencia de esta variante fue más baja en la muestra argentina, quizá por la composición étnica misma de los individuos estudiados”, según señalan los autores en el trabajo.
De los 563 argentinos que participaron en el estudio —284 enfermos de lupus y 279 sanos— más del 70% eran descendientes de europeos, un 20% tenía ascendencia mixta y un 6% eran aborígenes o asiáticos.
“La participación de nuestro país consistió en tomar muestras a un grupo de pacientes de familias multicasos —en las que había más de un enfermo— y no multicasos, y a controles. Seleccionamos los pacientes, realizamos exámenes, interrogatorios, certificados de diagnóstico y extracciones de sangre que remitimos junto con las fichas clínicas a la Universidad de Uppsala, para esta investigación tan importante”, explica el doctor Alberto Allievi, que coordinó el operativo en el Hospital General de Agudos Dr. Juan A. Fernández de Buenos Aires.
“Argentina no sólo colaboró con una cohorte clínica en representación de Latinoamérica, sino que también aportó muestras para la elucidación del genoma del lupus”, comenta Allievi.