En el mundo que se viene, la energía inalámbrica permitirá mucho más que una cómoda conexión a Internet. Celulares, computadoras portátiles, aspiradoras y hasta robots industriales podrán reponer fuerzas “por sí mismos”, sin molestos cables de por medio.
(29/12/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – ¿Nunca lo despertó en medio de la noche el molesto piiiip del celular, para pedirle una recarga de energía? A Marin Soljacic, profesor del departamento de Física del Massachusetts Institute of Tecnhnology (MIT), la situación lo desveló muchas veces, hasta que resolvió recurrir a los principios de su especialidad para dar por terminado el asunto.
“Una noche, a las tres de la mañana, se me cruzó por la cabeza la idea: ¿no sería fantástico que este aparatito se cargue solo?”, comentó en un reciente comunicado de prensa del MIT. Soljacic y sus colegas del Laboratorio de Investigación Electrónica del famoso instituto estadounidense trabajan desde hace tiempo en aras de un futuro “inalámbrico”.
Tomando como base las leyes de la Física, el experto del MIT se puso a explorar la “transferencia de energía no radiante”, una novedosa combinación de dos principios archiconocidos de la disciplina: la inducción electromagnética y la transmisión de energía a distancia.
La inducción electromagnética es lo que sucede, por ejemplo, dentro de los motores eléctricos o los transformadores de energía. Estos artefactos contienen bobinas que se transmiten corriente sin necesidad de contacto físico ni cables. Sólo por aproximación, la bobina emisora induce corriente a la receptora.
Otro fenómeno de transferencia de energía, esta vez entre dos puntos distantes, es la radiación electromagnética en forma de ondas, algo no demasiado diferente a la manera que tenemos los seres humanos de alimentarnos del Sol. El problema de esta energía es que las ondas suelen dispersarse en distintas direcciones, con lo cual la mayor parte se pierde en el ambiente.
Con tal de dormir tranquilo, Soljacic se las ingenió para combinar los dos principios eliminando sus desventajas. El experto se dio cuenta de que la inducción por aproximación podía utilizarse también para transferir energía entre puntos distantes, como por ejemplo de una punta de la habitación a otra.
Además, se percató de que no era necesario irradiar el ambiente con ondas electromagnéticas, sino que la fuente transmisora de energía podía ocupar el espacio circundante con un campo electromagnético “no radiante”. Entonces, la energía sólo sería recogida por aquellos artefactos especialmente diseñados para resonar con el campo. ¿El sobrante? Todo pensado: lo reabsorbería la fuente emisora.
Como Soljacic y sus colegas no tenían claro en qué medida podía funcionar la idea, se embarcaron en cálculos teóricos y simulaciones informáticas, hasta dar con diseños de energía inalámbrica no radiante que sirvieran al menos para recargar un objeto del tamaño de una computadora portátil a unos pocos metros de la fuente emisora. Entusiasmados por el avance logrado, presentaron los posibles diseños en el último Foro de Física Industrial de San Francisco. El equipo estima que con una fuente de energía de esas características por habitación, todo el hogar quedaría cubierto.
Soljacic ya avizora un futuro en el que se pueda prescindir por completo de los cables. El desarrollo de los nuevos sistemas no sólo se aplicaría a las computadoras portátiles y los celulares, sino también a otros artefactos domésticos, como las aspiradoras robóticas.
El experto cree además que la energía inalámbrica hará mucho más que beneficiar a los consumidores. De noche, Soljacic imagina robots que deambulan incansables por las instalaciones de las fábricas… Ahora sí, ¿dulces sueños?