Un estudio de la Facultad de Odontología de la UNNE permitió comprobar la presencia de bruxismo en el 41 por ciento de un grupo de estudiantes universitarios evaluados. Este hábito de rechinar los dientes, a causa del stress o nervios en la mayoría de los casos, se presenta también durante las horas de sueño. Los hombres registran más cantidad de casos de este trastorno.
(10/9/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por José Goretta UNNE) – Muchos estudiantes que no pueden calmar la ansiedad y no saben como sobrellevar sus angustias generan conductas repetitivas para liberar tensiones. Uno de ellas es el bruxismo, hábito perjudicial de rechinar los dientes, tanto en posición céntrica como excéntrica. Las grandes fuerzas que se ejercen sobre los dientes y articulaciones durante esta actividad parafuncional, producen un daño permanente a las estructuras asociadas.
La Cátedra Práctica Clínica Preventiva I, de la Facultad de Odontología de la UNNE, a cargo de las doctoras María Julieta Faisal y Vilma Graciela Vila, realizó un estudio sobre este aspecto entre estudiantes que concurrieron a la cátedra y los resultados obtenidos determinaron una \”muy alta\” presencia de la patología.
El estudio se realizó entre pacientes con edades entre 18 a 28 años. De las 319 historias clínicas observadas, el relevamiento arrojó que 132 pacientes, el 41,3 por ciento, presentaban el hábito de rechinar sus dientes. En cuanto a la diferencia entre ambos sexos, se comprobó que el 24,2 por ciento de los casos de bruxismo correspondía a mujeres.
Según las investigadoras, el bruxismo esta muy relacionado con la tensión psíquica y la frustración, con una mayor incidencia en pacientes del sexo masculino. El facto dominante es el estrés, por lo que es poco razonable pensar que un ajuste de la oclusión puede curar este hábito.
A consecuencia del bruxismo, algunos individuos experimentan síntomas de disfunción dolorosa, mientras que otros pueden presentar deterioro de las estructuras periodontales o excesivo desgaste de los dientes. Los afectado ejercen una tremenda fuerza oclusal y se pasan la mayor parte del tiempo con los dientes apretados, lo que aumenta los riesgos de deformaciones en el sistema bucal.
Estudios realizados sobre cefaleas recurrentes en adolescentes, mostraron que el 89 por ciento tenía signos y síntomas de disfunción mandibular, habiéndose encontrado una correlación importante entre bruxismo, cefaleas y sensibilidad a la palpación de los músculos mandibulares.
Las causas del bruxismo parecen relacionarse con factores tanto psíquicos como oclusales. Sin embargo, se desconoce si es posible que se presente la enfermedad en una persona con oclusión o sistema bucal ideal.
Durante los episodios de bruxismo, los pacientes ejercen una fuerza que supera la máxima que se puede aplicar a los dientes al morder de manera voluntaria. Los episodios de bruxismo se dan también durante el sueño y es probable que causen mayores problemas respecto a la vigilia. Hay estudios que revelan que el 66 por ciento de los episodios de bruxismo nocturno superan las fuerzas de masticación.
Estudios sobre el sueño demuestran, además, que el bruxismo puede suceder en cualquier fase del mismo, aunque es más frecuente en la fase de paso desde una etapa de sueño más profunda a otra más ligera.
Otros estudios hechos entre adolescentes estudiantes de medicina, estudiantes militares y soldados demuestran los siguientes signos como diagnóstico de bruxismo: hipertonicidad muscular 97 por ciento, ruidos audibles 83 por ciento, movilidad dentaria 62 por ciento, y sensación de dientes flojos al despertar 48 por ciento.
Tratamiento
De acuerdo a lo que advierten las autoras de la investigación, cuando se sospecha un patrón de hábito, debe advertirse tanto al paciente como a su familia sobre la presencia de bruxismo. El paciente tal vez sea capaz de superarlo mediante autosugestión, pero hay varios tipos de tratamientos como el ajuste oclusal, placas miorrelajantes, modificación del comportamiento, hipnosis y terapia de relajación, entre otras acciones.
Se cita en el trabajo que el 50 por ciento de los pacientes con bruxismo por problemas de oclusión, pueden ser curados de inmediato y sin mayor complicación; y un 12 por ciento de los pacientes con problemas en las articulaciones maxilares deben ser remitidos al terapeuta correspondiente. En el 30 por ciento de los casos subyace un factor primario de origen psíquico y en el restante 8 por ciento una causa psíquica.