El período 1998-2007 fue el más cálido desde 1850, según la Organización Meteorológica Mundial. En particular, el 2007 fue un año que se caracterizó por variaciones climáticas extremas. Expertos de ese organismo internacional piden más inversión en ciencia para saber cómo responder a los riesgos naturales y económicos asociados al cambio climático.
(17/01/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Según revela un comunicado de prensa de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de las Naciones Unidas, el decenio 1998-2007 fue el más cálido que se haya registrado desde 1850, año desde el cual se calcula el promedio global de temperatura de superficie por existir un número suficiente de estaciones meteorológicas con registros de temperatura.
Los expertos de la OMM, basándose en los bancos de datos desarrollados por el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA), indican que la temperatura media global en el 2007 hasta principios de diciembre superaba en 0,41º C al promedio del período 1961-1990. Ese periodo es tomado como referencia por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) para calcular las anomalías climáticas.
“El 2007 fue el quinto año mas cálido desde 1850”, afirma la doctora en Ciencias Meteorológicas Rosa Hilda Compagnucci, profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. “El promedio de temperatura de cada hemisferio fue diferente porque el clima no es exactamente igual entre el Hemisferio Norte y el Hemisferio Sur”.
La científica señala que ambos hemisferios tuvieron diferentes anomalías. “Mientras que en el Hemisferio Norte la temperatura media del 2007 (hasta finales de diciembre) superó en 0,71ºC el promedio de 14,6ºC del periodo 1961-90, en el Hemisferio Sur solo superó en 0,37ºC los 13,4ºC de promedio de esos 30 años”.
Resalta que también existieron grandes diferencias mensuales en el 2007: “El mayor calentamiento se registró en el Hemisferio Norte para enero, mes en que se superaron en 1,14ºC los valores ‘normales’ y luego las anomalías disminuyeron a través del año hasta llegar a 0,55ºC en diciembre. En el Hemisferio Sur los valores fueron bastante más bajos, febrero con 0,52ºC más que lo normal, fue el mes de mayor calentamiento, y también a partir de allí las anomalías fueron disminuyendo llegando a sólo 0,21ºC más que lo normal en diciembre”, explica Compagnucci.
Anomalías por regiones
Durante 2007 en algunas zonas de Europa, el invierno y la primavera fueron de los más cálidos al menos desde 1850, con temperaturas superiores en más de 4°C a los valores medios normales para enero y abril. Y durante el verano, en junio y julio, dos olas de calor extremas azotaron el sureste de ese continente y se alcanzaron temperaturas máximas diarias superiores a 40° C que sobrepasaron récords anteriores.
En Japón, el 16 de agosto del año pasado la temperatura máxima absoluta alcanzó un nuevo récord nacional de 40,9° C. Pero también hubo momentos de frío extremo en algunas regiones como Australia.
De acuerdo con Compagnucci, las anomalías climáticas producidas durante estas últimas décadas no son sólo consecuencia del calentamiento global atribuido a las actividades humanas, sino también debido a la ocurrencia de dos fenómenos. Por un lado, El Niño que produce el calentamiento de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico Ecuatorial. Por otro lado, La Niña que es el fenómeno opuesto, con presencia de agua más fría que lo normal en esa región.
Desde el verano de 1976/77 el clima estuvo casi permanentemente bajo condiciones de El Niño. Por el contrario, La Niña ocurrió con menor frecuencia con condiciones más intensas durante 1988, 1998-2000 y actualmente desde mediados del 2007. “Estos fenómenos se vienen produciendo en forma alternativa desde hace aproximadamente 20 mil años, o más, con períodos de algunas décadas en que predominan los eventos El Niño y otros en que lo hacen los eventos La Niña”.
Para la experta, el fenómeno La Niña está acompañado por inundaciones, sequías y tormentas devastadoras en numerosos lugares del mundo “y también por esta causa la temporada de huracanes en el Caribe fue relativamente débil y por ello también fueron más fuertes y mayores en número en la región del Pacífico occidental”.
Compagnucci aclara que la ocurrencia de La Niña estaría relacionada con la baja actividad solar que se registró durante el 2007, en que estuvieron ausentes las manchas solares, “recién en enero del 2008 comenzaron a aparecer indicios de nueva actividad solar, de acuerdo con lo informado por la NASA”, subraya.
Por su parte, la licenciada María de los Milagros Skansi, auxiliar del Departamento Climatología del Servicio Meteorológico Nacional afirma: “No existe evidencia científica de que la causa de los eventos climáticos extremos sea consecuencia directa del calentamiento global pues el sistema climático tiene una variabilidad natural dentro de la cual es normal que se observen anomalías o fenómenos extremos”.
“Sin embargo, es cierto que se está viendo que la frecuencia e intensidad de dichos fenómenos es mayor y podría atribuirse al calentamiento global, esto está en constante estudio”, aclara Skansi.
Mirando al sur
Durante el 2007, en Sudamérica el invierno fue inusualmente frío. Hubo vientos, ventiscas y precipitaciones insólitas de nieve en varias provincias y a principios de julio las temperaturas bajaron a -22°C en algunas regiones de Argentina y a -18°C en determinadas zonas de Chile.
Compagnucci señala: “Cuando se produce La Niña, en la Argentina este fenómeno normalmente trae temperaturas relativamente bajas durante el invierno en la región de la Pampa Húmeda. Durante este invierno las condiciones de circulación favorecieron la irrupción casi permanente de aire polar que acarreo un récord en las mínimas que se asocia a sequías y nevadas en la región este de la Cordillera”.
Llegó a nevar en Buenos Aires en 2007 –fenómeno que no se registraba desde 1918–, en las sierras de Córdoba y en cuatro ocasiones en el llano de Mendoza.
“Por otra parte en la Cordillera de la Patagonia Norte las nevadas fueron tan escasas que produjeron una crisis energética debido a la reducción de los caudales, en especial del río Limay. La sequía, menos pronunciada continua durante el verano”, destaca Compagnucci.
Durante comienzos de 2007 aún bajo la influencia de El Niño que había comenzado en el 2006, se destacaron las intensas precipitaciones acaecidas en las provincias de Tucumán en enero, y de Entre Ríos y Santa Fe en marzo las cuales ocasionaron grandes inundaciones.
“Otro rasgo muy significativo fueron las bajas temperaturas registradas en el invierno en prácticamente todo el territorio nacional, en particular las temperaturas medias. En muchos lugares de la región pampeana fueron las más bajas de los últimos 40 años”, destaca Skansi y agrega: \”terminando luego el año con temperaturas muy elevadas en todo el país”.
Otro dato que destaca la OMM surge de las mediciones hechas por satélites que ponen de manifiesto que desde 1993 la media mundial del aumento del nivel del mar ha sido de unos tres milímetros al año.
De acuerdo con los dirigentes de la OMM, es evidente que el cambio climático está provocando impactos negativos en el planeta. Por esa razón, aseguran que se requiere más inversión en el área de la investigación científica para generar respuestas ante los riesgos naturales y económicos asociados al cambio climático.
“Los datos que muestra el informe revelan que indudablemente existe un calentamiento global y que el mayor incremento de ese calentamiento coincide con el mayor desarrollo industrial. Es un fuerte llamado de atención que nos invita a reflexionar sobre cómo estamos tratando al medio ambiente, a pesar de que es difícil separar las causas naturales de los factores humanos que influyen en el calentamiento”, opina Skansi.