Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste estudian y evalúan la composición y calidad del propóleo misionero para asesorar a los productores. El objetivo es optimizar la producción de este producto natural con propiedades bactericidas, funguicidas y dermatológicas, que en la Argentina se comercializa como suplemento dietario.
(6/7/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Juan Monzón Gramajo UNNE)- La apicultura es una actividad que además de la miel, su producto más conocido, genera otra importante gama de utilidades como jalea real, apitoxinas, pólen, núcleos vivos (abejas para iniciar una producción) y propóleo. De todos ellos, el propóleo es el producto que más suspicacia provoca en la opinión pública, tras el resonado caso de las muertes por intoxicación en el año 1992, en la que este producto natural aparecía como el principal causante de los decesos. Sin embargo, tanto los estudios científicos como la justicia descartaron años después su injerencia tóxica.
Desde la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la ingeniera Ángela Sosa López lleva adelante una tarea docente y científica que tiene por finalidad resaltar las propiedades naturales del propóleo. En la tarea, es acompañada por la otra integrante de la Cátedra de Química Orgánica y Biológica, ingeniera Martha Subovsky.
Las investigadoras están asesorando a un grupo de productores apícolas de Misiones en el marco de un programa del Ministerio de Producción de esa provincia. Han elegido como escenario de trabajo tres localidades en las que se presentan tres tipos de vegetación diferentes El Soberbio; Apóstoles y El Dorado.
En cada una de las localidades se encuentran pinos, eucaliptus y bosque nativo, respectivamente. Concretamente el trabajo consiste en evaluar tres métodos de recolección de propóleo, además de clasificar la calidad del producto, teniendo en cuenta la vegetación circundante a las zonas de producción.
Qué es el propóleo
El propóleo es una resina utilizada por las abejas para cubrir y proteger la colmena. Las abejas obtienen esta sustancia a partir de las yemas y cortezas de algunos árboles.
El termino propóleo proviene del griego Propolis que significa “defensa de la ciudad”. Pro=antes y Polis=ciudad, lo cual se traduce como defensas antes de la ciudad o Defensor de la ciudad.
La abeja lo recoge y lo transforma, utilizándolo en la desinfección de la colmena, sellado de grietas y embalsamamiento de intrusos que no puede expulsar por su tamaño. El propóleo es lo que garantiza la total asepsia de un ambiente como la colmena, verdadero caldo de cultivo de virus y bacterias, a causa de sus altos porcentajes de temperatura y humedad.
La composición del propóleo es variable, puesto que depende de la flora y el clima del lugar. La vegetación circundante a la zona de producción le brinda principios activos, de allí que todos los principios activos de las plantas son transferidos al propóleo.
De acuerdo con el trabajo realizado por las investigadoras, se ha determinado que el propóleo producido por las abejas de Misiones posee más mezcla mecánica, porque de lo contrario tendría una contextura muy maleable y pegajosa. Se denomina mezcla mecánica a la incorporación de tierra para lograr una resina de mayor resistencia. El agregado de tierra le da al propóleo hierro, magnesio, aluminio y zinc. Por estos componentes se está frente a un producto muy completo.
Según la ingeniera Sosa López, es posible ver por medio de estudios en un microscópio de barrido electrónico, muestras de propóleo con restos de distintos tipos de polen: de malva, manzanilla, etc. Esto demuestra la influencia de las especies en la calidad del producto. Es en este punto donde el estudio adquiere relevancia.
Análisis de Calidad
Para realizar el estudio de calidad del propóleo, primero hay que extraerlo. La técnica aplicada consiste en raspar cuidadosamente con un cuchillo de acero inoxidable la resina existente en el colmenar. Generalmente no se extrae el propóleo externo, por estar permanentemente expuesto al sol. Se trata de un producto muy lábil y su calidad es afectada por las altas temperaturas. Los productores buscan el propóleo que se encuentra en el interior de la colmena.
Una vez realizada la extracción, las muestras son trasladadas al laboratorio de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Agrarias para someterlas a un estudio de calidad. El análisis consiste en determinar índices de humedad, acidez, hidroximetilfurfural; Glucoxidasa y Diastasa.
En todos los casos, se trata de indicadores que determinan las condiciones del producto. Si una muestra registra alto nivel de humedad, el valor está indicando riesgo de fermentación. De igual manera, la Glucoxidasa y la Diastasa son dos enzimas que certifican si el propóleo es viejo o no. Por su parte, el estudio del hidroximetilfurfural demuestra el grado de conservación del producto.
Los resultados del laboratorio son utilizados por las investigadoras en su tarea de asesoramiento a los productores. Se les informa sobre las impurezas detectadas en las distintas muestras y se les sugiere técnicas correctivas para optimizar la producción. Las sugerencias tienen que ver con métodos de recolección, de conservación y manipulación.
“Parecen aportes muy elementales, pero el productor muchas veces no lo tiene en cuenta y afectan la comercialización del producto final”.
Para qué se Utiliza
El propóleo tiene fundamentalmente una utilidad medicinal. Hay países como Brasil, Japón, Rumania y Bulgaria, en los que su uso está permitido por ley. En la Argentina está permitido su uso como suplemento dietario por la gran cantidad de minerales que contiene. Son reconocidas sus propiedades bactericidas, funguicidas y dermatológicas, quemaduras entre otras. Se conoce el producto en forma de caramelos, cremas y ungüento.
Según comenta la ingeniera Sosa López es común su uso en el campo. “Los productores diluyen propóleo con alcohol etílico para calmar dolores de oído, heridas de perros y vacas”, comenta.