(31-07-09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir / UNNE. Por Juan Monzón Gramajo).- Investigar para conocer la relación dinámica entre las sociedades y el ambiente es una estrategia clave para diseñar políticas de desarrollo sostenible. Ese fue, en pocas palabras, el mensaje que dejó en el Taller-Nordeste Argentino (NEA)- Indicadores de Sustentabilidad, Joseph Antequera, biólogo, doctor en Sustentabilidad, Tecnología y Humanismo de la Universidad Politécnica de Cataluña.
El taller fue programado por el Consejo Interuniversitario Nacional y que estuvo bajo la coordinación de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
Antequera participó en el desarrollo de Observatorios de Sustentabilidad en diversos municipios de México y Colombia. Actualmente participa en el desarrollo del Observatorio de la Sustentabilidad de las Comarcas de Girona, en el marco del Centro para la Sustentabilidad Territorial, entidad cívica de Girona y en el Observatorio de la Sustentabilidad de Cataluña.
En su conferencia expuso la idea de generación de observatorios como una herramienta para integrar diferentes informaciones sociales, ambientales y económicas que existen en el territorio y a partir de esa imagen integrada, incluso con datos estadísticos perspectivos de población, establecer proyectos para generar modelos de desarrollo que sean más sustentables tanto para el entorno como para las personas.
En una entrevista concedida a la Revista CyT de la UNNE amplió algunos de estos conceptos.
-¿Es común la utilización de estos observatorios en Europa y en los países del primer mundo?
Hay intentos de observatorios. Se ha creado el Observatorio de Sustentabilidad de España, el de Cataluña está en proceso, hay otros de carácter más globales pero creo que no es un proceso que se haya creado con la dinamización suficiente que el modelo de sociedad requiere. En España e incluso en otros países, cuando quieres acceder a la información de lo que está ocurriendo en un espacio, está sectorizada. Tienes que acudir a muchas fuentes para poder integrar toda la información. Una de las ventajas del observatorio es que integre información de diferentes tipos con mayor o menor profundidad en función de la escala, pero toda reunida. De esta manera se ahorra un esfuerzo importante en cualquier proyecto de investigación y de desarrollo.
-Con la cantidad de información y estudios dando vueltas en Internet. ¿Es necesario utilizar este tipo de herramientas?
Si lo es. Se da el caso en el que hay mucha gente que está trabajando en lo mismo sin saberlo. ¿Eso que implica?, que hay un esfuerzo, una financiación. Si se tiene una idea de la gente que está trabajando en diferentes procesos similares, se pueden establecer sinergias y procesos cooperativos que te permitan ser más económico.
-¿Qué información deben contener los observatorios de sustentabilidad?
En Cataluña hemos estructurado un marco para ordenar la información en seis áreas: el territorial (estudia la relación de los sistemas urbanos y sociales, las infraestructuras con el medio natural cómo se ordena el medio ambiente urbano) la movilidad (es un ámbito próximo de la infraestructura, analiza cómo se mueve la gente y sus dificultades de desplazamientos) crecimiento poblacional y satisfacción de las necesidades sociales el económico (estudia cómo se genera el producto bruto interno de la región cuáles son los capitales locales y las inversiones foráneas de tal manera de desarrollar economías más arraigadas en el territorio). Otra área es la que nosotros llamamos la huella ecológica (referido al consumo de recursos y generación de residuos, consumos energéticos, de agua). Con estos datos se tendría una visión global de lo sostenible que es el modelo de desarrollo. Finalmente estaría el marco institucional (gobernabilidad, criterios de sustentabilidad de las instituciones, procesos de participación ciudadana). Hemos estructurado estos seis ámbitos que se relacionan entre ellos. Estamos hablando de un marco regional que puede llegar incluso a nivel municipal.
-Es necesario contar con estos indicadores de desarrollo local y regional. ¿Quiénes utilizan esos indicadores?, ¿para qué sirven?
De entrada te diría que son útiles para la gestión, para el ámbito académico, y llegado el momento también a la sociedad cuando se le despierte la curiosidad por estos temas. Pero antes hay que romper y debatir un poco sobre el modelo cultural. Los que nos dedicamos a estos temas tenemos un hándicap que es la barrera comunicacional con la sociedad. Es un problema importante, porque en función de las dinámicas comunicativas que hay, tampoco los medios contribuyen a la difusión de esta cultura de la sustentabilidad.
Nos tendríamos que preguntar cómo podemos hacer para que estos indicadores afecten a la gente. De alguna manera hay que inculcar lo que podríamos llamar la conciencia de respeto por el medio ambiente y la naturaleza. Por aquí tenemos espacios naturales importantes y de alta calidad, entonces desde un observatorio podemos saber de que manera evoluciona ese espacio. Esa pregunta remite a un proceso más de fondo, es decir, qué modelo cultural estamos vendiendo y quién nos está vendiendo el modelo cultural que estamos comprando.
-¿Qué opinión tiene sobre la organización de este taller en el que se congregaron diferentes actores sociales, para definir temáticas que conformen un Plan de Fortalecimiento de la Investigación Científica, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en las Universidades Nacionales?
Yo creo que es un salto cualitativo en las políticas universitarias porque permite trascender el ámbito de las disciplinas científicas y reunir a expertos que se encuentran trabajando en diferentes disciplinas y debatir sobre un tema común.
Esta es otra barrera que la sustentabilidad intenta romper. Crear líneas de trabajos transversales para resolver los problemas reales. La Universidad puede aportar mucho con estos eventos, crear nuevos lenguajes de entendimientos entre disciplinas y a partir de ahí crear líneas de cooperación para la transformación social.